jueves, 26 de febrero de 2009

Teoría de la grandeza

Para entender la grandeza en términos futbolísticos, deberíamos recurrir a términos como temor, respeto, admiración o incluso envidia. En estos ámbitos, equipos como Real Madrid y Barcelona en España, o Juventus, Liverpool y Bayern Munich en Europa, han manejado con criterio su historia, forjando leyendas de batallas inigualables y jugadas inolvidables. Llegar es difícil, mantenerse es un ejercicio de precisión, trabajo y constancia.

Hubo un tiempo, años atrás, en los que el respeto se ganaba gol a gol y domingo a domingo. En aquellos días, cuando las portadas del lunes se dedicaban más a informar que a endiosar, la gente podía pasear orgullosa por la calle sabiendo que su equipo visitaba la cima de la clasificación. Y si había perdido, siempre quedaba un hilo de orgullo dentro del rencor; al domingo siguiente, se lanzaban tres reproches y se volvía a casa con la sonrisa puesta. Ganar era cosa de ganadores.

Cuando se cambia temor por sorna, respeto por desconfianza, admiración por indiferencia y envidia por lástima, encontramos un claro ejemplo de caída hacia la mediocridad. Cuando la camiseta rojiblanca era vestida por futbolistas, el balón, la grada y la prensa sabían que cada partido era una bonita batalla dentro de una gran guerra. Ahora que cualquier tuercebotas es capaz de llevar el escudo del Atleti junto al corazón; todos, aficionados, analistas y críticos, saben que los finales de temporada poco tendrán que ver con el humo vendido cada verano.

Cuando la gente piensa que un eslogan cataloga a una afición y que parte de esta no sabe ni por qué es de su equipo, es porque el equipo ha caído en el pozo más oscuro de sus pretensiones. Cuando el ciudadano sonríe cuando compara al seguidor del Atleti con un Torrente cualquiera, es porque el equipo ha perdido toda la identidad que le convirtió en modelo a seguir. Cuando cualquier rival espera la visita del Atleti porque sabe que en su duelo tienen muchas probabilidades de salir victoriosos, es porque el equipo ha dilapidado todo el prestigio que un día se ganó a pulso.

La prensa seguirá tomándonos por pitos de sereno, los compañeros de trabajo seguirán manteniendo en su sonrisa ese hilo de ironía que tanto nos incomoda, las aficiones rivales seguirán ninguneándonos apelando a lo que dejamos de ser, nuestra directiva seguirá negando el acceso al estadio a quienes le llevan la contraria, nos quedaremos sin campo, sin Manzanares y sin títulos y después de cada derrota, miles de hinchas seguirán recibiendo y despidiendo al equipo con una ejemplar ovación porque aún creen que son aficionados a un equipo grande. Ilusos.

5 comentarios:

Rubén dijo...

Desde luego, no se nos puede culpar a los que no somos del Atlético cuando decimos que vuestro club no es un grande. Que lo ha sido, seguro que sí (aunque no lo he vivido), pero que ahora no lo es, es algo totalmente innegable. Por méritos, hay equipos que en la última decada os han adelantado y de largo.

La verdad es que, mucha culpa la tiene el club. Los anuncios de principio de temporada os dejan en evidencia. Os hacen quedar como 'el pupas' y no os hacen ningún favor. Nosotros tenemos la imagen del Atlético que el Atlético quiere que tengamos. El día que el club cope sus aspiraciones, es decir, ganar una Liga, la cosa cambiará. Mientras tanto, seguiréis teniendo unas aspiraciones irreales. El Atlético, a día de hoy, no puede vender la moto de que lucha por ganar la Liga. Los argumentos se caen por su propio peso.

Un abrazo, amigo!

miguel diaz dijo...

Lo has "clavado". Es así de crudo y de real. El respeto cueta mucho esfuerzo ganarlo y se pierde con muy poco. Efectivamente hay una mezcla de todo. En la parte que nos toca, la afición tiene mucho que ver en esto. un abrazo. miguel

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

Así es Pablo. Y todo por culpa de los Giles y los Cerezos, junto a una afición anestesiada. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Si señor, un club es grande por el paso del tiempo.POrque año a año gana partidos, sus jugadores se parten la cara y marcan goles y sus dirigentes están a la altura.

Cuando pasa el tiempo y estos valores se pierden se va perdiendo grandeza.

Por eso es tan difícil ser un grande porque nunca se puede bajar la guardia.

El atletico lleva los útlimos 10 años sumido en el caos y eso afecta a su imagen y hoy ya nadie diría que es el tercer equipo de España.La prueba,los derbys con el Madrid ya no son lo que eran,no hay "grandeza".

NoTe dijo...

Comparto plenamente lo que decís...Saludos!

http://doble-5.blogspot.com

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