jueves, 14 de junio de 2018

El gato y el ratón

Antes de ayer fue una entrevista personalizada, ayer una rueda de prensa y hoy es un vídeo promocional. De alguna manera, descontando días y contando dudas, el asunto, a Griezmann, se le están yendo de madre. Es como el gato que enseña la patita al ratón para que salga de su escondite y el ratón, entre avispado y temeroso, se niega a hacerlo porque tiene miedo de la realidad. Lo suyo no es un juego sino un vaivén con tintes dramáticos; decirlo hubiese sido tan fácil como asentir con la cabeza. Negarlo hubiese sido tan fácil como decir adiós y muchas gracias.

La necesidad del Atleti pasa por Griezmann y la necesidad de Griezmann pasa por sentirse querido. Es como el hermano mayor que busca la atención del progenitor porque el pequeño se lleva todas las atenciones. No basta con ser el más guapo, ni el más hábil, ni el más rápido, ni el más eficaz, de alguna manera, el padre, en este caso, se deja llevar más por lo intangible. La afición, en este caso, tendenciosa y tribunera, siempre ha buscado el beso al escudo por encima del gol decisivo. Es la consecuencia del tipo de aficionado que ha cultivado la sociedad; el borreguismo por encima del análisis.

La falta de cariño lleva a la persona al límite del ego, la falta de reconocimiento lleva a la persona al límite de la expresividad. La situación, pendiente de un hilo, ha estirado tanto el sentimiento de afectividad que, de Griezmann se espera una palabra de amor antes que un gol y un beso al escudo antes que las ganas de competir. La realidad, sin embargo, es más práctica que sentimental, más sencilla que compleja; Griezmann es jugador del Atleti, pero no es hincha del Atleti en la medida de que tampoco lo es del Barça; es un gran profesional que hace su trabajo a la perfección. Cuando decidió dejar la Real para llegar al Atleti no salieron los remilgados; y allí sí había un sentimiento porque allí dejaba una infancia y una progresión. La demagogia, en fin, no es el camino hacia el afecto. Los goles y el rendimiento, sí lo son. No le volvamos loco, decida lo que decida, mil gracias y a seguir jugando.

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