martes, 13 de septiembre de 2011

El beneficio de la duda

Cualquier duda implica desconfianza, algo de desamparo y, también, una pizca de desconsuelo. Pero cuando se trata de sacar a pasear el dedo acusador, no es menos cierto que la duda sirve para encauzar una tregua, para regalar un pedazo de tiempo y para dejar hacer no sea que aquello que nos cuentan termine siendo verdad y nos veamos enrojecidos por una vergüenza y un desquite acalorado.

El beneficio de la duda implica paciencia y tranquilidad, comprensión y análisis, sueños y corazonadas. Tiende de un hilo tan fino como el tiempo porque solamente él es el juez capaz de decirnos si el producto era de tanta calidad como nos prometieron o, por el contrario, ha supuesto un nuevo fiasco en nuestra ilusión por encontrar lo que realmente llevamos buscando durante tanto tiempo.

La paciencia del aficionado atlético está en ese hilo tan fino del que pende el beneficio de esa duda que se ha propuesto conceder después de ver que sí, que el equipo quizá pueda jugar a otra cosa y que en peores nos las hemos visto. Nuestra memoria prefiere fijar ciertas imágenes y obviar algunas otras; se trata de una percepción selectiva donde priorizamos las esperanzas sobre las desilusiones. En el horizonte que dibujaron nuestras huellas quedan presente el toque de balón, la paciencia, las oportunidades perdidas y esa media hora de Diego que creemos asociar a aquellos minutos mágicos que a Caminero le gustaba regalar cuando las musas tocaban con su varita el alma de su inspiración.

La falta de profundidad, la falta de puntería y los fallos defensivos preferimos obviarlos porque, ante la adversidad, hemos optado por ver el vaso medio lleno. Pero ojo porque un par de gotas menos y la capacidad del envase podrá convertirse en un charco sin agua. El fino hilo que separa la paciencia de la impaciencia y la tranquilidad de la intranquilidad está a punto de doblarse. Un par de malos resultados más y el equilibrista caerá al suelo sin red que detenga su caída. Entre el todo y la nada nos hemos acostumbrado tanto a lo segundo que preferimos soñar antes de ver la verdad. Una semana y una sentencia, eso es todo lo que esperamos con los dedos cruzados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Toda la razón, es pronto y la temporada es muy larga. Esta semana es importante para recuperar la dinámica positiva.

Un saludo!