Gestionar ese miedo, derivado de la presión, tanto interna como interna, es también patrimonio inmaterial de los equipos campeones, porque cuando los perseguidores, los únicos que no tienen nada que perder, huelen la sangre, normalmente no son capaces de soltar a su presa. Por ello, ahora que el Atlético se ha dejado dos puntos después de nueve victorias consecutivas y ha visto de reojo al lobo ganando lo presente y lo atrasado, ha de saber que los factores externos van a estar en su contra por lo que no debe dejarse devorar por los factores internos derivados del miedo al vacío si quiere seguir sumando de tres en tres y zanjar los debates de sobremesa.
Porque ahora el Atleti no tiene más enemigo que sí mismo. Cierto es que juega contra los dos equipos más poderosos el mundo y que centrarán, pase lo que pase, un gran porcentaje de la atención mediática, pero para evitar que esta le afecte, deberá seguir sus preceptos y predicar los mandamientos del Cholismo; no consuman, fé, esfuerzo y partido a partido. Porque sólo así se superan las crisis y sólo así se consigue seguir escalando sin necesidad de mirar hacia abajo con las consecuencias que pueden derivar del vértigo. Porque abajo está el vacío y el vacío, por activa, por pasiva, por circunstancia propia o por derivación ajena, da mucho, mucho miedo.
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