martes, 25 de agosto de 2009

Mágico

Había un tipo descuidado y desgarbado con una camiseta amarilla. A simple vista no parecía un buen futbolista y, si apurabas el análisis, ni siquiera parecía un futbolista. Podía confundirse con cualquier vividor de paseo marítimo y bohemio de noches de luna llena. Y el caso fue que le gustó la noche, la luna y el mar. Y el caso fue que resultó ser un futbolista como pocos, un mago de media tarde y un sueño bendito de media noche.

Los hombros bajo la línea del cuello, la velocidad escondida en la desidia y la fuerza de los que sacan la azada a pasear, obviada en el innato asombro de su talento. Lo suyo eran las tardes de sol y sombra, la puerta grande del Carranza y los detalles visibles, aplaudibles y mágicos.
Así le llamaron; mágico por los trucos que guardaba bajo la chistera de sus botines de futbolista, mágico porque en cada aparición lograba que el sol brillase con ímpetu sobre los delirios de las playas de Cádiz. Una ciudad puesta en pie y un tipo inolvidable. Un jugador de esos que, cuando se van, dejan la sensación de que el alma vivirá para siempre sumida en la cueva nostálgica de lo irrepetible.


4 comentarios:

piterino dijo...

Hay tantos ejemplos de jugadores fantásticos, de un talento y un nivel técnico superiores, pero poco profesionales, que da pena porque uno no llega a vislumbrar hasta dónde habrían llegado de haberse cuidado y haber tenido otro orden de prioridades en su vida.

Pese a todo, "Mágico", como Romario, Garrincha, Best, Djalminha y tantos otros, salvando las distancias, han sido jugadores memorables e irrepetibles. Y quizá el salvadoreño sea uno de los que más ...

futbollium dijo...

Yo vi poco a Mágico Gonzalez pero era un jugador al que sólo le importaba salir a jugar , a divertirse en el campo tanto o más como lo hacía en su vida privada en especial por las noches .

Un saludo

atletista sin solución dijo...

Un futbolista de los que ya no hay. Sin duda hubiera sido más grande si hubiera tenido un poco más de cabeza y de sacrificio.

Saludos.

Suca dijo...

El apodo le hace justicia, desde luego. Qué barbaridad, qué cosas hacía. Algunas se las he visto a muy muy poquitos. Debería liderar un ránking de cracks que no jugaron en equipos grandes, o algo así.