lunes, 2 de julio de 2018

No pasa nada, tenemos a Arconada

Durante algunos minutos del partido, la Real se atrincheraba en el viejo estadio de Atocha. Cuando era un barrizal, al equipo rival le costaba adaptarse al terreno. La Real se sentía en el patio de su casa y durante un tiempo, hizo del ejercicio defensivo una obra de arte. Cuando los días no eran tan buenos, los delanteros rivales encontraban un resquicio por el que encarar la portería. Era entonces cuando aparecía el titán. Una ocasión tras otra y todas desbaratadas. Desde una esquina del estadio sonaba una voz y toda la grada acompañaba a coro. "¡No pasa nada, tenemos a Arconada!".

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