jueves, 9 de mayo de 2019

El cisne de Utrecht

La elegancia es un concepto abstracto en la concepción, pero muy vistoso en la percepción. Porque de la elegancia nace el asombro; la espalda erguida, la boca abierta y el aplauso siempre en el hilo de la posibilidad. Quien es elegante no lo es por perseverancia sino que lo es por naturaleza, porque quien porta la etiqueta de elegancia es siempre alguien dispuesto a hacerse notar por propia condición; nunca forzando, siempre, sencillamente, ejecutando.

A Marco Van Basten se le rompieron los tobillos de tanto danzar sobre ellos en el césped. Lo suyo era un baile original patentado por su propia habilidad para proteger la pelota de espaldas. La jugada, de tan simple, se convertía en hipnótica siempre que la ejecutaba con esa sencillez que le otorgaba la técnica; balón al pecho y, de repente, la cámara lenta apareciendo para hacernos cómplices de la maniobra. Pecho, rodilla, tobillo, giro y descarga. Así de fácil, así de complejo.

Y siempre, después, el desmarque y, por último, para asombrar al mundo con un repertorio interminable, el remate. Porque Van Basten jugaba como un centrocampista en tres cuartos pero era un delantero total en el área. Nunca fue el más rápido, ni el más fuerte, pero era el más listo y, sobre todo, era el más hábil. Sabía rematar de cabeza, de volea, de chilena, de tacón, y sabía definir, siempre, hacia el lugar donde el portero jamás podía llegar. Porque su oficio fue goleador impenitente, pero no un goleador cualquiera, sino un tipo que dibujaba los goles que nosotros habíamos soñado previamente en nuestras noches de asombro.

Fruto de la interminable escuela del Ajax, Van Basten dejó Holanda, Recopa en mano, para enrolarse en las filas de un Milan en el que haría historia. Seis temporadas de ensueño en las que lo ganó todo y en el que todos se fijaron en él. Hasta él, los delanteros jugaban al choque, desde él, los delanteros jugaron a la recepción. Hubo muchos que perfeccionaron el juego de espaldas, pero ninguno lo hizo con la misma elegancia que Marco Van Basten.


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