martes, 4 de diciembre de 2018

Desagravios

Una gala es una puesta de largo para las vanidades, el lugar donde lucir palmito y reivindicar una posición en las alturas. Con Cristiano lejos del Madrid y Messi lejos de los grandes títulos, la duda recayó, durante meses, en saber si pesaría más el mundial a la hora de otorgar el premio o pesaría más la Copa de Europa.

Lo cierto es que los tres contendientes hubiesen merecido el premio. Modric porque hizo un fenomenal último tramo de temporada, Cristiano porque ayudó con goles a la consecución de la tercera Champions consecutiva del Madrid y Griezmann porque marcó en las dos finales que ganó en dos meses consecutivos. La sensación, aún así, es que hay equipos que pesan más que otros.

Son muchos los que aluden a los nombres de Cannavaro, Ronaldo o Zidane para aludir el hecho de que, siempre que ha habido mundial, el gran campeonato de selecciones le ha ganado la partida a los otros grandes títulos. Sería de necios obviarlo, pero igualmente de recibo es decir que en las dos últimas ocasiones, 2010 y 2014, Messi y Cristiano ganaron el premio después de hacer un mundial mediocre.

Mi opinión, muy lejos de las bases que rigen el premio, es que el premio al mejor del mundo se lo deben dar siempre al mejor del mundo. Más allá del mundial, de la Champions o de las estimaciones, el mejor del mundo, desde hace diez años, es un chaval desgarbado, nacido en Argentina y llamado Lío Messi. Llámenme oportunista o generador de excusas de mal pagador, pero ver a Messi en el quinto puesto es como ver a McConaughey ganar el Óscar después de que DiCaprio rodase "El Lobo de Wall Street". Hay futbolistas buenos, al igual que hay futbolistas sobresalientes; igual pasa en todos las artes; hay actores muy buenos y hay actores sobresalientes, pero hay comparaciones que no se sostienen.
 
Modric es un justo ganador como lo hubiese sido Griezmann. No es una crítica al premio, es una crítica al desagravio que se realiza en función del análisis ejecutado. Hay un equipo que manda en Europa, en el juego y en la trastienda, hay otros que aspiran a recuperar su posición y luego hay otros, como el Atleti, que seguirán siendo invitados de excepción a no ser que algún día consiga dar ese puñetazo en la mesa. Quizá ese día nadie se sorprenda si uno de sus futbolistas consigue ganar el Balón de Oro.

No hay comentarios: