jueves, 31 de marzo de 2011

Aguinaldo

Había un jugador con las piernas de un oso y la cabeza siempre levantada, el viento aireaba un pelo entrecanoso y el balón susurraba al viento cada vez que salía desde sus botas. Era pausado para construir y listo para destruir, recorría el último tramo del campo con audacia, elegante en el control, avispado en el desmarque, talentoso en el último pase, preciso en el disparo.

Hubo una vez una ciudad que vistió el color del pimentón y se echó a la calle para celebrar sus éxitos. Hubo dos ascensos, hubo dos ídolos y hubo varios años de felicidad que hoy son pura melancolía. En el área vivía un macho hondureño con un cañón en cada bota y por detrás sobrevolaba el césped un brasileño con nombre de propina navideña y detalles de Papá Noel vestido de futbolista. Aguinaldo de nombre e ídolo para La Condomina. Fútbol de empaque, redes temblorosas, porteros impresionados.

Hubo un jugador que abandonó Brasil para hacer fortuna y recorrió España para enamorar corazones. Ídolo de ascensos en Murcia, ídolo de ascensos en Tenerife y director de escena en sus últimos coletazos junto al palmeral de Elche. Hubo un tipo de sonrisa torcida, gesto engañoso y plumas en los pies. Hubo un tipo que abrió la puerta grande de Brasil para los equipos modestos.

2 comentarios:

Carlos Pérez dijo...

Bff, qué Real Murcia aquél, aunque sólo lo conozco de oídas y leídas, porque no tuve oportunidad de disfrutarlo. Ojalá volvamos pronto a la élite.

Un saludo!

Laure dijo...

No tenia idea de que este gran jugador estuviera en nuestra liga! Que trallazo por dios!

Gran blog, te meto en favoritos!