jueves, 13 de octubre de 2022

Virguería

La virguería es el asombro, la conciliación entre la imaginación y el arte, el grito de emoción, el espasmo en ojo ajeno, el atrevimiento, el ir más allá, el roce con el ridículo, el riesgo supremo y, sobre todo, una salida por la puerta grande de la memoria. Porque en la virguería sobrevive el espíritu del artista, el trago del bohemio, la sonrisa del soñador y la palabra del charlatán. Ahora me ves, dice el mago. Ahora no me ves.

El virguero es un futbolista en extinción, es un tipo mal mirado por atrevido y por iconoclasta, es un hombre pegado a una pelota de cuero, es un jugador de póker que siempre va de farol y en su mirada vive el secreto de los dibujos animados con los que creció de niño. El virguero es un espíritu libre y un comandante de su propia vida, se acuesta en la cal, donde menos molesta, y tira diagonales con driblings y pases imposibles, con regates y caños, con disparos al ángulo y con centros de gol que suenan a música clásica.

La virguería va asociada al aplauso, a una canción eterna en la grada, al eco del recuerdo, a la posibilidad eterna, a la expectativa continua y a la esperanza vital. Y el virguero, el ultimo virguero, se llama Khvicha Kvaratskhelia, juega en el Nápoles y me tiene totalmente embelesado.

No hay comentarios: