viernes, 4 de marzo de 2011

La revolución naranja

Hubo una vez un equipo que hizo volar por los aires todos los conceptos clásicos del fútbol, hubo una vez una selección que mecanizó el juego para convertirlo en inolvidable, hubo una vez una ciudad que aplaudió, emocionada, el fin de su agonía. Hubo un mismo hombre en todos esos frentes; el ceño fruncido, el traje ancho sobre los hombros y la corbata bien anudada. Desde la banda, en el vestuario y en las reuniones familiares, se ganó la fama de hombre duro y padre intransigente, pero el tiempo le colocó en el olimpo de los entrenadores más valorados de la historia del fútbol.

Rinus Michels hizo nacer un Ajax de ensueño, viajó a Barcelona para enderezar el timón de una nave a la deriva y organizó una selección holandesa que deslumbró al fútbol y perdió como sólo los románticos saben hacerlo; con un disparo en la cabeza y una sonrisa en los labios. Todo ocurrió en los felices años setenta, cuando Holanda mostró su esplendor al mundo y los futbolistas se quitaron el corsé para divertirse en el campo de juego. Cruyff, el hijo inseparable, el alumno aventajado, dijo: "El sistema es que no hay sistema". Orden desorganizado o desorden organizado. Que opinen quienes lo disfrutaron, que juzguen los que lo sufrieron.

Regresó años más tarde. Muchos le daban por retirado, incluso había quienes le habían olvidado. El ave fénix volvió a dirigir al equipo de su país. Ya no estaban Cruyff, Neeskens, Rep y Krol. Pero estaban Van Basten, Rijkaard, Gullit y Koeman. Fue en un verano alemán y Holanda conquistó el primer título de su historia. Con la Eurocopa en la mano y el prestigio en el alma, Michels volvió a desaparecer dejando tras de sí, una vez más, la estela de un tipo irrepetible, de un revolucionario inolvidable.

Ayer se cumplieron seis años de su muerte. Aquel tres de marzo el mundo perdió a un hombre, pero el fútbol perdió a un tipo que fue capaz de romper todos los esquemas. Tras aquel Ajax, tras aquella Holanda del setenta y cuatro, el fútbol no volvió a ser igual. Muchos mamaron el líquido de aquella revolución para reinventarse entre sonrisas y muchos más fueron los que jamás dejarán de agradecer la obra Rinus Michels.

3 comentarios:

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

Perfecto. El Ajax creó un estilo, una escuela de jugar, una forma, un esquema. Pasó a la historia y Rinus Michels igual.

Alejandro Alonso dijo...

¡¡¡GENIO Y FIGURA!!!Padre verdadero del fútbol total.El heredero de esa escuela es el barça.Solo eso se te olvido poner en el post.

Carlos Pérez dijo...

MUY GRANDE Rinus Michels. Sólo le faltó ganar el Mundial, pero por dos veces Holanda se quedó a las puertas de la gloria. Parece mentira la diferencia entre esta selección y la que jugó en la final contra España, que al final será recordada por la patada de De Jong.

Un saludo