miércoles, 27 de marzo de 2019

El gigantón de Breda

Como el niño abusón del barrio, como el chico grandote que repite curso y domina los partidos del recreo, como el hombre fuerte que reta en el gimnasio a los recién llegados, como el profesor de gimnasia que nos hacía correr hasta la extenuación mientras él permanecía inalterable ante el agotamiento. Como Gulliver en Liliput, como Sansón ante los filisteos, como Hércules ante las doce pruebas de Zeus. Así se desenvuelve Virgil van Dijk en las áreas. Un abusón con cuerpo de culturista y piernas de coloso. Un muelle en cada suela y un martillo en la cabeza. Cada córner a favor es medio gol porque el gigantón de Breda no tiene compasión de nadie.

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