jueves, 9 de diciembre de 2021

Un claro favorito

A los analistas de lo incierto les gusta endulzar sus relatos con una pizca de cuento de hadas y otra pizca de épica mal concebida para, así, dar un punto de incertidumbre a su discurso y dotar a la probabilidad de una venda que, sin herida, no es más que un por si acaso ante una improbable variedad en lo que realmente dicta su creencia, porque, vamos a ser sinceros, creer, a día de hoy, que el Atleti, tal como está, puede ser capaz de tomar el Bernabéu tal y como está el Madrid, es más un ejercicio de propaganda que de mera mesura divulgativa.

Al Atleti, que tiene equipo para afrontar el duelo y plantar cara a su máximo rival, se le están atragantando los duelos contra los equipos que meten una sexta marcha y ponen la intensidad por encima del juego. Víctima de una competición donde los árbitros ralentizan el ritmo y los equipos menores han de buscarse las castañas desde lo abrupto, cada vez que ha salido a pasear por Europa ha dejado al descubierto sus vergüenzas viéndose arrollado por todos los rivales a los que se ha enfrentado a pesar de haber consumado su enésimo milagro en la competición.

El Madrid, por su parte, sí ha sabido encontrar la velocidad de crucero necesaria para adquirir el punto de solvencia que precisan todos los equipos campeones para cumplir con sus objetivos. Perfectamente dirigidos desde el banquillo por un señor curtido en mil batallas, Ancelotti ha sabido conjugar paciencia y trabajo y está obteniendo frutos gracias al talento de sus futbolistas y a la solidaridad necesaria para saber aguantar las embestidas rivales cuando se enfrentan a grupos más compactos. Con un Courtois en estado de gracia y un Vinicius estelar, el equipo se acomoda al ritmo de Kroos y Modric y gobierna los partidos desde su propia condición. Saben que son el Madrid y saben que no hay nadie capaz de ganarles.

Es la seña de identidad de un equipo que ha hecho de competir su modus operandi y de ganar su estilo de vida. Por ello, desde la seguridad del trabajo y desde la excelencia del talento, van dando pasos de gigante al tiempo que observan a sus rivales caer por el precipicio de la exigencia. Durante años, sus estigmas se abrieron con la personalidad y el trabajo de dos tipos que llegaron desde Argentina para poner en duda su hegemonía. Messi desde el talento y Simeone desde la fe, dieron quebraderos de cabeza a un equipo que, pese a que el campeonato doméstico no haya tenido su mejor etapa, ha dominado en Europa gracias a sus recursos económicos y su potencial futbolístico.

Fuera Messi de la ecuación y con Simeone buscando el equipo perdido, el Madrid se presenta en el derbi del domingo como el claro favorito para la victoria. Porque si existe una premisa innegociable para cada entrenador es que su equipo se parezca de la manera más fiel a lo que ellos quieren que sea. El Madrid de Ancelotti es intenso, profundo y sometedor. Y el Atleti de Simeone, que debería ser una roca, un canto a la solidaridad y un rayo al contragolpe, no se parece en nada a lo que ha expuesto durante los últimos diez años, olvidando no sólo el juego sino también la fiabilidad defensiva. Así pues, cualquier apuesta que incluya una victoria del Atlético en feudo del Madrid, por más que intenten vender la burra los profetas de lo improbable, no es arriesgada sino arriesgadísima.

No hay comentarios: