martes, 10 de junio de 2008

Razones a posteriori

No quisiera resultar sospechoso de florentinismo. Nadie más que yo ha criticado el sentimiento de soberbia, desprecio y despopularización que sufrió el Real Madrid durante el mandato de Florentino Pérez; un hombre que tuvo más sueños que grandeza y vendió más quimeras que realidades.

No quiero resultar sospechoso porque aún en mi critica y mi rechazo al modelo absolutista del “ser superior”, nace este post como un conato de sorpresa y una voz alentadora hacia algunas de las verdades que, a posteriori, han terminado dando a Florentino la razón en sus desaciertos.

En plena fiebre de soberbia y en pleno apogeo de grandeza por los goles de Ronaldo y el recuerdo del gran gol de Zidane, tras ganarle la liga a una impresionante Real Sociedad y tras permitirse el lujo de despedir a su entrenador y su capitán, Florentino saltó a la palestra por enésima vez para descartar el fichaje del argentino Gabi Milito. Se escudó en las palabras del doctor Del Corral para alegar que su rodilla no sería capaz de aguantar la alta competición y las voces populares se precipitaron para asaltar el gesto despectivo. Dijeron que el motivo era la poca mediatización del defensor y le echaron en cara el fichaje del “cojo” Woodgate. Todo fueron tallos con espinas; la derrota en la final de Copa con Milito en plan mariscal, el hundimiento del Titanic en un último mes desastroso y la galactización de una plantilla cansada de ganar. Le volvieron a recordar lo de Milito y él volvió a recurrir a las palabras de su médico. Nadie le creyó. Hasta que un lustro después Laporta requirió sus servicios como refuerzo de lujo en la zaga azulgrana y la rodilla del argentino hizo crack. Lesión sin rotura, amplios meses de baja sin resentimiento previo. Resultaba que su rodilla no estaba capacitada para aguantar la alta competición.

En plena espiral de derrotas, errores y reproches enfrentados; después de que Mónaco, Zaragoza y Valencia fuesen capaces de demostrar que la fiera no era indomable, Florentino se permitió el lujo de descartar la recuperación del goleador africano Samuel Eto’o. Eto’o, que durante varias temporadas estuvo demostrando que era un goleador más que válido para jugar en el Real Madrid, se pronunció a favor de la oferta del Barça por hacerse con sus derechos y Florentino con la última palabra en la mano confió en la presencia de Ronaldo como bestia inamovible en el ataque madridista. Cuando todos vieron la afrenta se lanzaron a la yugular del presidente y este, como en otras ocasiones a la hora de justificar el visible error, se escudó en lo que le habían contado y no perdió vuelo para afirmar con voz rotunda que “les hemos metido una bomba dentro del vestuario”. Aquello sonaba más a excusa barata que a auténtica capacidad para retener a quien podría haberles hecho más grandes, sonaba más a bravata que a reconocimiento, sonaba más a quitarse un peso que a afrontar las realidades. Hasta que un lustro después el Barça muere de éxito y el Eto’o se revuelve contra el mundo porque ni entiende ni le entienden. Nadie le mira, nadie le habla y la gente protesta. Eto’o no sabe cual es su papel en el Barça y el Barça no sabe qué hacer con Eto’o. Y es que da la sensación de que su presencia es como una bomba dentro del vestuario.

En plena depresión post éxito, cuando el equipo murió de celebridad y los papeles terminaron mojados y los sueños volando con el viento, Florentino desarrugó su chaqueta para sentarse ante la prensa y decir adiós. Fue una de sus mejores obras como presidente, porque tras haber pronosticado el cielo y haber visitado el infierno, supo que su ciclo había terminado y decidió decir adiós dejando el club en una crisis insostenible. En su despedida, dejó clara una consigna en forma de pecado a expiar y como si se tratase de una lección a la que aferrar el aprendizaje dijo: “Les consentí demasiado”. Era cierto. Consentidos, desamparados y desmotivados, los jugadores del Madrid arrastraban la camiseta blanca por los estadios de España y en cada aficionado se descubría una mirada de vergüenza que buscaba el pasado como mejor escaparate en el que reflejarse. Hasta que un lustro después, Joan Laporta deja suelta su correa en el mostrador de sus errores se ven los pecados de su enemigo. Les consintió demasiado y Barça también murió de éxito.

Ajeno y libre de sospecha ante el cumplimiento de los pronósticos florentinianos, a Joan Laporta se le puede considerar inocente en el juicio por la acusación de los dos primeros casos. Como todo aficionado, pensó que el ex presidente blanco había tirado más de tópico inculpador que de auténtico recurso justificativo. Que Milito terminara rompiendo su rodilla sonaba a lotería. Que Eto’o terminara comiéndose el ego de sus compañeros era algo esperado pero prioritariamente controlable. Que se consintiera de más a un equipo en la cima de su éxito, solamente es reprochable al presidente, mucho más viendo como el propio rival se lo avisó en su caída y como en la toma de apuntes no se prestó atención a la lección de las mediocridades. Ahora se quiere empezar de cero e intentamos mirar de nuevo al lado contrario para rendir balances de resultado. El Madrid, tras su caída, también quiso empezar de cero y la afrenta costó un par de años y cientos de críticas. Ya sabe Laporta lo que le espera. De primero, una moción de censura. De segundo, una censura a su gestión. De postre, resultados de incierta censura. Lo que es culpa suya será tenido en cuenta a la hora de achacar errores y lo que no es culpa suya también porque una vez izada la víctima hacia el cadalso, el verdugo solamente buscará la sangre que justifique su sed de razonamiento.

8 comentarios:

Rubén dijo...

Pues mira, quién le iba a decir a Florentino que iba a tener razón en sus predicciones.

Desde luego, hay muchas cosas reprochables en el mandato del 'ser superior'. Pero hay otras muchas positivas y que se quieren esconder. Debemos de ser justos. Condenar lo condenable y ensalzar lo positivo.

Sobre Laporta, tiene doble culpa que Pérez. Sabiendo lo que ocurrió con el 'galacticidio', debió de haber estado más atento. Supongo que el ego del poder le cegó.

Qué tendrá el cargo de presidente que a casi todo el mundo le insta a hacer bobadas.

Un abrazo!

Álvaro dijo...

Pero hay que darle un hurra por la política económica que hizo,alomejor deportivamente no crecieron mucho pero economicamente Florentino llevó el club a lo más alto.

Saludos
www.hablemosdfutbol.blogspot.com

piterino dijo...

A mí el tema de la moción de censura me crea dudas: hasta qué punto los directivos responden también por los resultados deportivos; en los clubes deportivos que no son SAD, qué justifica y en qué medida poder interrumpir un mandato de una junta directiva; qué oculta dinámica lleva a Barça y Madrid a retroalimentarse uno a otro sus éxitos y fracasos, sus glorias y fines de ciclo, ...

En cuanto a lo de Florentino, yo distinguiría unas decisiones de otras. Lo de Milito supongo que fue una decisión médica, y que se venga a romper cuatro años después me parece que no justifica una relación causa-efecto. En cuanto a lo de Etoo, el jugador quería salir ya del Madrid, y entonces Ronaldo estaba en todo su apogeo y no había más plazas de extranjeros libres.
Toda decisión debe ser puesta en su contexto.

Saludos, otro buen post que da para debatir largo y tendido.

Unknown dijo...

Y el polígrafo dice... que Florentino dice la verdad!

Lo que me da pena es que Laporta se creyera Dios y repitiera los mismos errores que tumbaron al Madrid de los galácticos. El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.

Y digo yo... ¿no vieron la rodilla de Milito en el reconocimiento del Barcelona , O NO LA QUISIERON VER?

No, gracia a vo´ dijo...

Me da la sensación de que Laporta no ha sabido aporvechar su época de exito!

En cuento a Florentino, sentó las bases de un Madrid muy fuerte en lo económico. No estoy de acuerdo en el tema Milito. Fue u fiasco como lo manejaron. Woodgate estuvo parado dos años en Madrid, mientras que Milito se lesionó en el final de una Liga (hacía ya varias temporadas que venía en buen nivel y sin lesiones)

Saludos,

Migue

NoTe dijo...

Comparto el comentario de Migue. No supo aprovechar el momento. Así de sencillo.

Sergio Medina dijo...

Si la prensa no le hubiese tenido tanto miedo se habría cuestionado la realidad de Florentino, entre otras la gran mentira de su gestión económica.

Gómez dijo...

Veo que eres un atlético de pura cepa como yo, me gustaría que intercambiáramos links, tienes un gran blog. Un abrazo.

http://mundoatletico90.blogspot.com/