miércoles, 13 de junio de 2007

Obligado por el dolor

Existen sentimientos tan profundos que tiran de ti tan fuerte como para plantearte no expresarle tu dolor al mundo. Alguna vez me he levantado con la duda en carne viva mientras me planteaba si escribir o no sobre mi equipo, casi siempre he terminado desistiendo por temor a resultar demasiado duro.

Como no creo en los análisis en caliente, he dejado reposar tres días el salitre de mi disgusto y he decidido por fin lanzarme al vacío de mi desazón para denunciar una situación que, desde hace casi diez años, me está destrozando el corazón un domingo tras otro.

En las primeras alineaciones de mi infancia aparecía un portero llamado Navarro. Como eso de correr quedó siempre catalogado en mi diccionario como un recurso para los cobardes, decidí calzarme los primeros guantes que vi por casa y jugar a ser el primer portero que descubrí en mi álbum de cromos; curiosamente el portero del Atlético de Madrid. Mi padre, sabedor de lo que me esperaba y en su intención por precaverme de todo lo que estaba por llegar y que él ya había sufrido en sus carnes, me compró la camiseta del equipo de moda en aquel momento; la Real Sociedad. Y así, después de que mi madre me cosiera un número nueve de escai a la espalda, tiré los guantes a un lado para empezar a jugar como Peio Uralde.

Pero mi padre se equivocó. Junto a la camiseta blanquiazul, me regaló un balón de reglamento serigrafiado con la firma de un tal Luiz Pereira. Cuando pregunté a mi progenitor por el individuo de la firma me contó que era un defensa que tiraba caños a los delanteros mientras esbozaba una sonrisa. Nunca debió haberme contado aquello. Igual que no debió contarme que aquel tipo con canas que se sentaba en el banquillo del Atleti le había marcado un gol de falta a un tal Maier en una final que su equipo había terminado perdiendo en el último segundo. Imposible no amarlo.

Como si de un reflejo de mi vida se tratase, empecé a quedar impresionado por las historias de final infeliz y tardé poco tiempo en quedar prendado de ese equipo por el veía a mi padre suspirar cada domingo. Mientras jugaba con mis playmóbil, fui testigo de transistor de los goles de Hugo Sánchez y los regates imposibles de un pequeño extremo llamado Rubio. En mis primeros años como aficionado ya estábamos por debajo de lo que había representado nuestra historia, pero en mitad de cada disgusto arreciaba el orgullo de un equipo nacido para ser grande; eran aquellos años en los que en mitad del fracaso, de pronto íbamos al Bernabéu, al Nou Camp, a Mestalla o a San Mamés y montábamos la marimorena. Empezabas a vivir en una montaña rusa porque lo mismo que alcanzabas la mayor, al domingo siguiente llegaba el Elche y te la liaba en casa. Vuelta a empezar. En el fondo te daba igual, porque aún en la derrota sabías que tus aspiraciones seguían siendo mayores que las del Elche o cualquier equipo de similares características.

Nunca acabábamos primeros, pero de vez en cuando avanzábamos en la Copa del Rey y nos llegaba el premio de una final ¡Incluso llegamos a jugar una final de la Recopa! Era una época en la que, de vez en cuando, tu madre te dejaba ponerte la camiseta del Atleti para ir a clase y nadie te miraba raro.

Después llegó Gil y las cosas empezaron a cambiar. A nadie se le escapaba que entre tanto baile de entrenadores se escondía un fracaso continuo que derivaba de mucha palabra en forma de promesa y ninguna consecución válida. Pero la gente callaba porque estaba Futre. Al portugués lo adorabas hasta cuando se salía del campo. Intentabas convencer a tu madre para que te dejara crecer el pelo, le decías a la gente que no te llamasen Pablo sino Paulo y cuando bajabas a jugar al parque te tirabas al suelo como si alguien te hubiese disparado por la espalda. Todos queríamos ser como el portugués.

Aquella fue otra época. Veías a Buyo revolcándose a los pies de Orejuela y te comías los puños de rabia. Eras testigo directo de cómo Socorro González se tragaba una mano en el área y mientras escuchabas a Gil soltar una de sus burradas te ibas a la cama pensando que el mundo estaba conspirando en tu contra. Jugabas una final en el Bernabéu y sentías como un reguero de entusiasmo e incertidumbre te hacía cosquillas en el esófago. Te acostumbrabas a vivir al ritmo que imponía Bernd Schuster y te hacías dueño de tu propio orgullo ¡Molaba ser del Atleti!

Luego se fue Futre y sentí como si me cercenaran un brazo. Después se marchó Schuster y me encontré huérfano de fútbol. Mientras fui testigo de una derrota tras otra me acostumbré a ser compañero inquieto de la mediocridad. Sólo los que lo hemos sufrido sabemos lo mucho que duele sentir el corazón desgarrado mientras eres testigo de como te van destrozando un amor. Y aunque el doblete le aporto un pequeño banco de rédito a la directiva, cuando se acabó todo el agua que pudo extraer de aquel oasis, el equipo se encontró apuñalado por la espalda y más muerto que vivo.

Llegaron los embargos, las detenciones, las espantadas y el descenso y al club le quedó la afición como el único patrimonio vivo que mostró los pocos indicios de grandeza que se pudieron ver en el Calderón en una época en la que hacerse del Atleti empezaba a considerarse un milagro más que una tradición. A parte del bochorno y la vergüenza que provocaron ciertos huevazos indecorosos y otras absurdas pataletas, comenzó a resultar emotivo y, hasta cierto punto, épico, contemplar las gradas del Calderón llenas cada domingo de sufrimiento en el infierno.

Y aunque fuesen las gradas las que alzasen a la categoría de mito a un club alicaído, cuando por fin se consiguió regresar a la élite el equipo ya no estaba para gestas porque se había quedado totalmente vacío de ilusión y entusiasmo. Cinco temporadas después el Atleti se ha convertido justo en lo contrario de lo que siempre soñamos; un equipo sin juego, un equipo sin aspiraciones y, lo que es peor, un equipo sin alma.

Escribo esto cuatro días antes de jugarnos la vida por el único objetivo posible al que podemos aspirar hoy en día. Porque todos sabemos que la clasificación para jugar la Copa de la Uefa no es una tirita que pueda cerrar la herida que tenemos abierta, porque más que un paseo infructuoso por Europa, lo que necesita el equipo es recuperar el espíritu de equipo grande que aún algunos mantenemos vivo dentro de nuestros corazones.

Será difícil, porque ahora que nos hemos empeñado todos en desenterrar la historia y rescatar del olvido todas las costumbres que nos convirtieron en leyenda, nos hemos dado cuenta de que recuperar a un enfermo terminal es poco más que una misión imposible. Es ahora cuando somos conscientes de que somos aficionados de un equipo que está muerto. Debimos darnos cuenta antes, porque el Atleti hace años que firmó su certificado de defunción; concretamente el 26 de junio de 1987. Veinte años llevamos ya de funeral. Que no nos vendan más humo y no nos cuenten más milongas. Que no nos engañen más.

14 comentarios:

Alvaro dijo...

La verdad, espero que el Atleti finalmente se quede fuera de Europa. Y no porque le desee mal a tu equipo, no. Es porque si el Atlético entra en Europa, significa que el Villarreal ha perdido, y por consiguiente que el Sevilla no ha ganado, ye so no le conviene al Real Madrid.
Un saludo.

Carlos dijo...

Pero tú no eras del Geta? jeje

Bueno la verdad es que el Atleti lleva tiempo dando pasos en falso, fichando a jugadores como Costinha (¿?) o Maniche (¿?), que no sienten la camiseta y crean polémica en el vestuario. Lo que tienen que hacer es confiar un poco más en la gran cantera que tienen.

zaragocista dijo...

Precioso Pablo, precioso.

En realidad podemos decir que esa defunción tuvo un paréntesis a mediados de los 90 no???

Es que nunca soy capaz de encontrarle una explicación razonable a lo que le pasa al Atleti. Simplemente se me escapa de las manos...


Saludos.

Anónimo dijo...

Magnífico post. Yo me convertí hincha del Atleti de los años 80 con los Pedraza, Hugo, Cabrera, Arteche, Rubio, Rubén Cano, Marcos, Quique,... ¡ Qué tiempos aquellos!

Ahora los niños tienen complicado hacerse de este Atleti tan penoso. Sólo FErnando Torres destila ilusión, atrae pasiones.

piterino dijo...

Gran post, una vez más.

Mi impresión es que hay que dar con una idea, que origine un proyecto serio, ordenado y en el que todos crean. Y a partir de ahí trabajar con calma, sin ansiedad y sin elevar a los cielos el listón de la exigencia. Aparte de la sobrevaloración, ése es el gran defecto del Atlético en mi opinión: se ha hablado de luchar por Champions e incluso por la Liga (!) antes siquiera de haber alcanzado el nivel de los "equipos UEFA".
Paso a paso, peldaño a peldaño; las prisas y la ansiedad son siempre ficticias.

FI dijo...

Increíble tu historia.

Falta hacer un cambio en todos los aspectos, que Gil y Cerezo vendan al equipo, porque son un par de señores que no se fijan en la afición que es la que sufre, sino que se fija en que los patrocinios continuen dándoles buen billete.

Y tambien hay que cambiar la actitud de muchos de los jugadores, esa irregularidad en un equipo con un buen plantel solo es posible cuando hay jugadores que juegan como si no tuvieran lo que te cuento. Y como dice Fernando, a los niños de ahora ya no les atrae el Atleti, solo el Niño Torres. Torres es un jugadorazo, que le falta un poco de madurez, pero que ha ayudado en mucho al Atleti, sin él quien sabe donde estaría el equipo.

Saludos

Stubbins dijo...

Sensacional post. La viva voz del aficionado.

Algunos nombres citado me han trasladado a mi infancia. Los Rubio, Hugo, etc. y cuando has nombrado a Uralde de la Real, no veas!!

Yo estoy con Piterino en el sentido que se debe de ir paso a paso. La UEFA no es mal premio para un equipo como el Atleti que ascendió hace apenas dos años.

Lo que si es cierto es que en el Atletico de esta temporada, no ha existido ningún tipo de actitud, que es lo mínimo exigible a un equipo.

Suerte para el domingo. Yo quiero un Atleti en Europa.

Doble J dijo...

Es tremendo ser del atleti, la verdad que lo teneis que pasar muy mal año tras año, reforzandose con gente de calidad, y fracasando año si, y año tambien , pero hay es donde gente como tu demuestra que ama el futbol por encima de todo, y abuen seguro que algun dia el equipo recompensara todas las lagrimas y sufrimiento que pasais un saludo y suerte.

Pablo Malagón dijo...

@ alvaro

Es normal que quieras que el Villarreal gane en Sevilla. Beneficia a tu equipo.

@ carlos

El Geta es una amante que últimamente me ha aportado muchos ratos de placer, pero mi novia de toda la vida es el Atleti.

@ zaragocista

En los noventa se ganaron tres copas y una liga pero también hubo algunos años en los que coqueteamos peligrosamente con el descenso. Los años de los Koseckis, Magüis, Trenes Valencia y compañía.

@ fernando

Quizá porque le tengo más aprecio que a ningún otro jugador, he sido muy crítico con Fernando Torres. Ahora, reconozco que sin él no sé dónde estaríamos ahora porque aunque no sea la estrella que quisieron vendernos sí es cierto que es el único jugador de la plantilla que siente amor hacia las rayas rojas y blancas.

@ piterino

Es verdad que los equipos crecen despacio y que hay que ir poco a poco. El problema no es que luchemos solamente por jugar Uefa sino que el equipo no da la talla ni para competir por la Uefa.

@ paolo maldini

Actitud. Esa es la palabra correcta. El Atleti de hoy no sólo no tiene juego sino que no tiene alma.

@ stubbins

Los jugadores de nuestra infancia siempre serán los más grandes para nosotros. No te digo nada si te menciono a Kenny Dalglish o a Greame Souness ¿Eh? Ojalá aciertes y el Atleti pueda clasificarse para Europa, aunque sinceramente creo que el Villarreal lo merece más.

@ doble j

Es triste ver como todo el humo que nos venden cada verano se va difuminando a lo largo de la temporada hasta quedarse en nada.

Iñaki dijo...

Un gran post, escrito desde bien dentro. Gente como tú hace grande a los equipos.

Como bien comentan por ahí, parece inexcplicable lo que le sucede al Atletico. Siempre con buenos jugadores pero no acaban de hacer un buen bloque. Si Fernando Torres es el alma del equipo, Maxi es el 'crack'. Ellos dos tienen que ser la pieza clave para que los 'colchoneros' remonten el vuelo.

Un saludo y pasaros por mi blog si lo deseáis.

Anónimo dijo...

Gran post, siempre es agradable leer opiniones de aficionados. Mis recuerdos se remontan hasta Baltazar, y es un recuerdo vago, jejeje.

Hace cuatro o cinco días me dieron un dato que demuestra la decadencia, la pérdida de grandeza de este equipo. Hasta la llegada de los Gil, el Atlético tenía ocho Ligas y el Barcelona diez. Es decir, estaba cerca incluso de ser el segundo equipo de España. Veinte años después, la diferencia está ya en 18-9. Ya sé que igual soy un poco injusto porque estos últimos veinte años con seguridad ha sido la mejor época de la historia del Barça, pero refleja en cierta manera la herencia de la familia Gil.

Aunque lo más grave evidentemente no es que el Barça nos haya dejado muy atrás, sino que equipos como el Valencia o el Sevilla (por no decir más nombres) nos han adelantado por la derecha y quién sabe si volveremos a adelantarles algún día.

Joaquín Pineda dijo...

La verdad es que cuando ves al Atleti a principio de temporada y ves los fichajes que hace , parece que tiene un equipazo , pero despues va pasando la temporada y te das cuenta que al atleti le hace falta algo mas , aunque lo tiene todo para triunfar , al atleti le falta algo , quizas mas implicacion de los jugadores en el proyecto , una directiva ambiciosa con ganas de comerse el mundo o un entrenador k transmita alegria al equipo y k te gane partidos.
En fin , al final jugareis la uefa xk el sevilla va a ganar al villarreal y pronto ya estareis ahi con los mas grandes en el sitio que nunca tendriais k aber perdido , solamente sois como se suele decir , UN GIGANTE DORMIDO.

muy bueno el post ...

Javi Saiz dijo...

Precioso. Yo tambien tengo recuerdos y un sinfín de anecdotas, pero me costaría mucho expresarlos. La camiseta me la suelo poner en las derrotas, me gusta mas, aunque actualmente llevas una camiseta del Atleti y ya te miran raro. Joden mucho detalles como estos. Duele y mucho la situación por la que atravesamos, a mi, e imagino que a ti tambien como gran hincha atlético que eres, me afecta a la vida normal y tengo unos momentos malísimos en los que deseo estar bajo tierra. Ojalá algun día cambie todo esto, pero no lo veo fácil y cada día que pasa tengo mas asumido que será complicado volver a codearnos con los mejores año a año. Y bueno la situación actual es lo que dices, un equipo sin juego, sin aspiraciones y, sin alma. Tenemos que recuperar el espiritu perdido, y no ir con etiquetas de pupas y esas milongas que no nos favorecen en nada.

Cuanta nostalgia, aunque yo de éxitos solo he vivido el poder disfrutar de algunos partidos de Champions. Saludos, Paulo.

Pablo Malagón dijo...

@ iñaki

Lo malo es que como sigamos así, no creo que podamos mantener durante más tiempo a Torres y a Maxi en el equipo

@ suca

Desde que los cuatro primeros clasificados obtienen plaza para jugar la Champions, diez equipos diferentes de la liga han tenido el honor de disputarla y ninguno de ellos ha sido el Atleti. Valencia y Sevilla no son los únicos que nos han adelantado.

@ joaquin

Una de dos, o los jugadores que se fichan no son tan buenos o cuando se ponen la camiseta del Atleti se olvidan de jugar al fútbol. Al final, la clasificación nos ha puesto donde merecemos, porque, sinceramente, creo que los seis equipos que han quedado por encima tienen mejor plantilla que el Atleti.

@ javi

Los seguidores del Atleti, y yo por experiencia propia, llevamos ya muchos lunes consecutivos son poder levantarnos con una sonrisa. Alguien debería mirar por los aficionados.