lunes, 25 de agosto de 2008

Lo que queremos de un futbolista

En la vida los errores se pagan con la crítica y se olvidan con el tiempo y la sombra de las cosas bien hechas. Durante varias temporadas Samuel Eto’o ha sido víctima de su propio carácter, prisionero de sus palabras y bruja condenada por la inquisición popular. Parece que cada vez que habla, la gente olvida sus goles, sus gotas de sudor derramadas en busca de una victoria y los gritos desconsolados cada vez que la fortuna quiso darle la espalda.

En estos tiempos de evolución constante, parece mentira que instituciones de carácter tan global como sentimental, tiren a la basura su futuro en una búsqueda imposible. Se quiere a un jugador perfecto que además de impecable en el campo sea obediente y respetuoso fuera de él. Como nos gusta tanto o más hablar de lo que rodea al fútbol que del fútbol en sí, nos hemos acostumbrado a ver nuestro deporte como una página más de la prensa rosa. En la búsqueda del morbo encontramos a un camerunés altivo, bocazas y engreído y nos frotamos las manos ante nuestro encuentro con la noticia. No vale que Eto’o haya marcado un centenar de goles con la camiseta azulgrana, ni vale que en su peor temporada, acuciado por el cansancio y lastrado por las lesiones, Eto’o terminase la liga con tantos goles marcados como partidos disputados; una cifra a la altura de los mejores. Da igual, el camerunés ya había abierto la boca y las cifras se resbalaron por debajo de la puerta. Pase usted por ella y olvídese de volver a jugar aquí.


Como los grandes jugadores se han empeñado en tener siempre la razón más allá de las polémicas que suscitasen sus caprichos, para Eto’o resultan más importantes las palabras dirigidas con el balón, que las dirigidas delante de un micrófono. Por ello, un partido tras otro, se empeña en demostrar que el Barça puede seguir buscando un nueve, pero que sería de una torpeza imperdonable olvidar que no se puede peinar el mundo sin conocer lo que tienes en casa. Y lo que tiene en casa el Barça es una bomba de relojería. Quizá en todos los sentidos, porque vivir en continua polémica por las salidas de tono de un niñato impredecible resulta una tarea complicada, pero solamente una minucia comparada con el alivio que produce la posibilidad de alinear cada domingo al mejor nueve del mundo.

7 comentarios:

Damsam dijo...

Un gran post,

Estoy totalmente de acuerdo contigo.Queremos jugadores con carisma,raza,entrega, y cuando lo tenemos, lo hacemos callar.Ahí están ejemplos como Mohamed Alí, Maradona, Schuster, Cruyff.Los autenticos megacracks han de ser así.viva Eto'o.

Te interesa intercambiar links??

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Saludos,

Damsam

Juanjo dijo...

Hombre, las cifras es algo intocable, al igual que su enorme capacidad para crispar el ambiente. Sin embargo, y por esa regla de tres, tampoco me sobraba uno de los mejores medios del mundo: Deco. No sé, con Etoo tengo un dilema...

Un abrazo Pablo

Anónimo dijo...

Se puede tener carisma, raza, calidad y compromiso, sin ser un bocazas. Algunos jugadores sólo sirven para jugar al fútbol, fuera del campo son unos necios. Un abrazo.

miguel diaz dijo...

Espupendo y brillante artículo. Enhorabuena.

En el fútbol que nos ha tocado vivir hoy, los jugadores (y los deportistas de élite, en general) son algo más que deportistas. Son imagen y como imagen cobran aveces más que como futbolistas. Si tu club dice que se viaja con chaqueta, pues te la pones. Si tu club dice que de este tema ni tocarlo, pues ni se toca. Todo eso lo sabe cualquier cajera de supermercado que por 600 € al mes se rompe la espalda. Bienvenido al profesionalismo. un abrazo. miguel

piterino dijo...

Aquí mi opinión es algo contradictoria. Por un lado, siempre he considerado que un futbolista lo es dentro y fuera del campo, así que uno ficha al deportista que se viste de corto y a la persona que viste en vaqueros. Y eso vale para todos los ámbitos de la vida y del juego.

Pero en este caso concreto, mi conclusión sería la misma que la tuya: desde el principio de la historia he creído que la mejor opción para el Barça era iniciar una labor de convicción, de persuasión, de hacer ver a Etoo que volvería a hablarse de un gran Barcelona con un Samuel estelar en segundas nupcias.

Sobre todo porque cualquier operación (quizá salvo la de Benzema) posible era perjudicial deportiva y económicamente.

Saludos, otro gran post Pablo!

Mitology dijo...

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Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el post. El mercado no daba mejores oportunidades que la de Etoo. Adebayor, Berbatov... buenos jugadores, pero tendrían que demostrar que son capaces de hacer 95 goles en cuatro temporadas, que son los que ha hecho Etoo (si no me equivoco) con el Barcelona.

Para mí, el caso de Deco es distinto. Deco mostró en el último año un desinterés como jugador del Barça que nunca lo ha mostrado Etoo. Lo mejor que podía hacer el Barcelona era prescindir de él. Además, por su edad (31 años; Etoo tiene 27) hay razones para pensar que hay que sustituirle. Eso no quiere decir que no piense que Deco es un magnífico centrocampista, que lo es y en la Eurocopa sin ir más lejos lo demostró.

Un saludo.