martes, 2 de mayo de 2017

Volver a levantarse

El dolor se expresa con lágrimas, con fuego en la garganta, con un silencio frustrante, con un gesto de incoherencia, con una patada al aire, una caricia en el alma, una ensoñación interrumpida. La rabia se expresa sin argumentos, sin frenesí, sin raciocinio, sin silencios. La rabia es un gol en el último minuto, un fuera de juego no pitado, un penalti fallado, una expulsión innecesaria. El dolor no se agarra a nada porque busca una coartada y no encuentra más que la verdad. Toca volver a llorar, toca volver a ver esa asquerosa sonrisa de superioridad. Toca volver a asumir que no estuvimos a la altura. O asumir que quizá esta no es nuestra altura. Y toca, otra vez, volver a levantarse.

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