miércoles, 7 de abril de 2010

Holanda 2005

Cuando asistimos a la explosión esplendorosa de un futbolista, no podemos evitar llevar a cabo ese fausto ejercicio que supone el volver la vista atrás. Nos gusta encontrar los orígenes, el momento del big bang particular, el excelso instante en que el niño apunta a convertirse en leyenda.

Si de Messi hablamos, los que no teníamos la oportunidad de conocerle más allá de oídas, pudimos descubrirlo en aquel mundial juvenil celebrado en holanda en el año 2005. Aquella era una Argentina que apuntaba maneras, que, igual que otras, se perdía en detalles pero que a diferencia del resto de equipos se cuajó a base de concreciones. Allí estaban Ustari, Zabaleta, Garay, Cardozo, Gago, Agüero y, por encima de todos, Lio Messi.

Lo del chico comenzó a ser serio una vez su seleccionador se vio obligado a echar mano de su mejor carta. Tras ser suplente en la primera derrota de Argentina en el torneo, Messi tomó el mando y dejó bien claro que los que hablaban de él como una futura estrella no se equivocaban. Fue el despegue de un tipo que había asomado tímidamente al primer equipo del Barça de la mano de Rijkaard y que una vez regresó de Holanda con el campeonato mundial juvenil en el bolsillo no dejaría jamás de asombrar a la gente.

Lo hizo entonces, lo hizo ayer, lo seguirá haciendo. Siempre hay un primer momento, lo realmente hermoso es no adivinar jamás cuando será el último.


1 comentario:

futbollium dijo...

Es cierto , en aquel campeonato Messi ya empezó a deslumbrar y dar muestras de su potencial , pero nadie se imaginaba lo que estamos viendo .

Un saludo