martes, 25 de marzo de 2008

El sexto sentido

En el fútbol, como en la vida, la intuición va por delante de la percepción, la audacia va por delante del logro y la convicción va por delante de la celebración. Algunos futbolistas entienden el fútbol como un ejercicio de inteligencia, otros, menos preparados para la gloria, creen que con una carrera y un regate han conquistado su particular cuota de éxito; viven convencidos de que el fútbol sólo se juega con los pies.

Para los más preparados, para los que vivieron el juego como un engranaje donde los movimientos tienen tanta importancia como la finalización y la visión de juego va más allá de un pase de gol, el fútbol resultó mucho más sencillo y glorificante, porque para ellos estaban escritos los grandes designios y porque para ellos va el verdadero reconocimiento del fútbolista; convertirse en ídolo de aficionados.

Hace poco más de un lustro debutó en la Premier League un muchacho de aspecto hosco y andares poco convincentes. En una de sus primeras apariciones terminó de un zapatazo con una racha de invencibilidad del Arsenal que alcanzaba los treinta partidos, pronto, la prensa amarilla, ávida de devorar nuevos ídolos y contagiar al mundo su propia estupidez, intentó jugar con el chiquillo a su particular pim pam púm tratando de generar un nuevo juguete roto. No lo consiguió. Primero, porque el muchacho maduró lo suficiente como para autoconvencerse de que tenía demasiado talento como para desaprovecharlo. Segundo, porque en Wayne Rooney sobreviven los valores que hicieron grandes a los futbolistas más recordados, ese sexto sentido compuesto por la intuición, la audacia y la convicción que le convierte en un futbolista impredecible; inteligente para desmarcarse, elegante para asistir y contundente para golear.

En un Manchester United donde la figura de Cristiano Ronaldo deslumbra por sí misma y acapara para sí todo el cargamento de alabanzas, el joven muchacho de aspecto hosco y andares poco convincentes se ha convertido en la pieza clave del éxito porque él adivina, intuye y maneja los tiempos con la autoridad de un general de campo. Rooney pulsa la tecla y el Manchester fluye en tres o cuatro toques; desmarque, centro y gol. A veces, el fútbol es mucho más sencillo de lo que imaginamos. En la mayoría de las ocasiones, no nos damos cuenta de que el verdadero talento vive en la cabeza antes que en los pies.

lunes, 17 de marzo de 2008

El poder de la imaginación

La clase, en fútbol, es patrimonio privado de un puñado de soñadores. Esa pequeña esencia de imaginación que distingue los buenos de los grandes jugadores, ese chispazo de lujo que separa a los jugadores pasajeros de los recordados. Para el talento, nadie mejor que quien nace tocado por la varita del destino; ese grupo de elegidos que son capaces de distinguir un simple gol de un verdadero golazo. Ese momento mágico que queda grabado para siempre en la retina del verdadero aficionado.

Del mejor Arsenal de Wenger, recordamos la arrancada brutal de Henry, la fuerza bruta de Vieira y la clase inigualable de Dennis Bergkamp. Entre ellos, un imaginativo y distinguido futbolista hizo memorable carrera a base de genialidades; pequeñas apariciones en forma de asociaciónes lícitas o definiciones asombrosas que cuajaron una pequeña leyenda entre un puñado de cracks. En Robert Pires siempre se adivinó un cerebro adelantado, una cintura engrasada y un guante en la pierna derecha. Y una imaginación futbolística por encima de las posibilidades de muchos defensores y porteros que asistieron, impávidos a sus pequeñas lecciones de majestuosidad. Como aquel día en el que recibió un balón en tres cuartos de cancha y Villa Park enmudeció para asistir a la conjugación de una obra de arte.


lunes, 10 de marzo de 2008

Hablando del Athletic con Piterino

Para quien no le conozca, haré dos tipos de aclaraciones, una a modo de presentación y otra a modo de advertencia. A modo de presentación, Pedro Arbide es el tipo que mejor trata la palabra dentro de la blosfera futbolística. A modo de advertencia puedo asegurar que quien aún no hay leído su blog, Piterino, está atentando contra las leyes de la lógica y la naturaleza, porque perdérselo es un pecado. Bilbaíno de nacimiento y almeriense de adopción, en Pedro se reúnen las mejores virtudes de un aficionado al fútbol: sentimiento, pasión, objetividad y coherencia. Desde ellas nos deleita cada semana con su particular visión del fútbol, dejando opiniones que se convierten en párrafos de sentencia y aclarando, ante todo, que su principal foco de sufrimiento alumbra los colores rojiblancos de su Athletic de Bilbao.

El Fútbol de Pablo: Hola Pedro ¿Por qué del Athletic?
Piterino:Yo siempre lo he achacado a una falta de diligencia de mi padre, que es madridista de pura cepa y creo que confiaba en exceso en que me “convertiría” yo solo con el paso del tiempo al madridismo …
La verdad es que nací en Bilbao y desde pequeño me llamó la atención el Athletic. Recuerdo haber llorado al enterarme de que nos habían eliminado de la UEFA en la 88/89 con Howard Kendall, con sólo seis años.
Ahora si volviera a nacer, y sabiendo todo lo que ya sé, volvería a hacerme del Athletic sin dudarlo.

EFDP: ¿Toda tu familia es del Athletic?
P: Ya he dicho que mi padre es madridista, además hasta la médula. Mi madre sí es del Athletic, pero cada vez le gusta y le interesa menos el fútbol.

EFDP: ¿Cuál es tu primer recuerdo como aficionado rojiblanco?
P: Una derrota por 1-4 en San Mamés ante la Real Sociedad en la 87/88. Mi afición por el Athletic empezaba apuntando muy alto …

EFDP: ¿Y el mejor?
P: Creo que todas las generaciones que no hemos tenido la suerte de vivir las últimas Ligas con Clemente recordamos el gran hito del subcampeonato en 1998. En pleno apogeo de la “Liga de las Estrellas”, el Athletic era subcampeón y jugaba la Liga de Campeones cuando sólo iba el campeón y el segundo a una fase previa.
Aquella noche en San Mamés ante el Zaragoza fue inolvidable.

EFDP: ¿Y qué momento, como aficionado, borrarías de tu memoria?
P: Todos los recuerdos, los buenos y los malos, creo que forjan la memoria individual y colectiva en torno a un equipo, así que todos me han hecho “athleticzale” como soy. Aparte de algún episodio vergonzoso, los días que peor lo pasé fueron las dos semifinales de Copa que perdimos en los últimos años: los penaltis con el Betis en 2005 y en el Bernabéu en 2002. Aquel partido lo vi además en el Colegio Mayor con todo el mundo celebrando los goles del Madrid y lo pasé fatal, estuve varios días “tocado”.

EFDP: Cuando Etxebe marcó aquel gol que os clasificó para la Champions League, sentiste...
P: Que las legendarias noches mágicas de San Mamés serían por fin algo tangible en mi memoria, y no una relato apasionado recibido desde fuera.

EFDP: ¿Y cuándo viste a Julen Guerrero decir adiós entre lágrimas?
P: Sólo deseaba que todo el Athletic se pusiera en pie y le diera la despedida que merecía, cosa que, a lo que se ve, no es posible.

EFDP: ¿Volverá el Athletic a ser un equipo puntero?
P: Si se mantiene tal y como es, creo que no. Puede tener un año o una serie de años buenos, por supuesto. Pero el Athletic grande que merodeaba siempre la final de Copa y daba guerra de verdad en la Liga hace ya varias décadas que no existe.
Tal y como está ahora montado el mundo del fútbol y tal y como evoluciona, las cosas son así.

EFDP: ¿Qué jugador crees que ha sido el más importante en la historia del Athletic?
P: Afortunadamente, nuestra historia es tan grande que yo sólo he vivido una pequeñísima parte de ella, así que sólo puedo opinar por referencias y vídeos.
De todas formas, creo que los dos jugadores más importantes han sido Don Telmo Zarra y el “Txopo” Iríbar.

EFDP: ¿Y el mejor que hayas visto de rojiblanco?
P: Sin duda, el jugador de más nivel y que más ha dado que hablar ha sido Julen Guerrero. La pena, para él y para el Athletic, es que ese nivel no duró muchos años y pronto se convirtió en un lujo inexplicable.

EFDP: ¿Y algún futbolista que para tí fuese especial?
P: Cada vez que saltaba al campo Isma Urzaiz los partidos cambiaban, tenían otro cariz. Los goles que más me han emocionado han sido los suyos. Siempre me encantó Isma, y como además era tan infravalorado fuera de lo que es el Athletic, con más ardor le defendía yo. Cuando me enteré de su marcha me dio mucha pena.
Otro jugador que me encantaba era Bittor Alkiza, un medio como la copa de un pino, otro futbolista poco valorado, en mi opinión.

EFDP: Háblame de la cantera del Athletic
P: Es nuestra seña de identidad, lo que hace único al Athletic y mantiene fiel a una afición tan particular. Por eso, es sangrante que en tantos años se hayan dado tantos volantazos, no tiene sentido. Uno puede cortarse el pelo, engordar o incluso cambiar de estilo de vestir; pero el alma es intocable.

EFDP: ¿Por qué Yeste despierta tanta controversia?
P: No descubro nada si digo que, hoy en día, el talento diferente está bajo sospecha permanente en el fútbol. El riesgo como elemento inevitable del juego ahora despierta inquietud, y quien se atreve a intentar algo distinto y falla recibe la cruz del pragmatismo. Además, a Yeste se le ha ocurrido estar en medio de casi todos los líos extradeportivos, que tampoco han sido tantos.
Yo, personalmente, agradezco poder contar con un jugador como él.

EFDP: Gurpegui ¿Víctima o culpable?
P: Uf, un tema complicado. Yo más bien diría Gurpegui, “cabeza de turco”, y justo ahí reside mi enfado por todo lo que ocurrió y sigue ocurriendo.
No me siento capaz de defender lo indefendible, y los colores no me ciegan hasta el punto de negar que el positivo exista. Tengo la sospecha de que el jugador no es responsable de lo que pasó y de que quien metió la pata ya no está en el Athletic.

EFDP: ¿Eres partidario de cambiar la política de jugar solamente con jugadores nacidos en el País Vasco?
P: Bueno, la famosa filosofía no consiste exactamente en eso, o al menos el club no la interpreta así desde hace tiempo. En todo caso, el Athletic es como es, y en el momento que cambie esa identidad dejará de ser el Athletic, será otra cosa.
No me considero tan irresponsable como para pensar en un cambio de estas características precisamente ahora, ni tampoco tan sectario como para no pensar que, en un momento dado, la masa social del club pueda plantearse un cambio.
Lo que sí pido es coherencia: si nuestra política es la que es, a muerte con ella que para eso nos contemplan 110 años. Lo que no puede ser es andar buscando fisuras por las que flexibilizarla.

EFDP: ¿Qué directiva hizo más daño al equipo?
P: La gestión de Fernando Lamikiz fue nefasta, en mi opinión. Algo debes de hacer mal cuando tienes un equipo joven, quinto en la Liga y semifinalista de Copa, con un entrenador implicado y con proyección y un modo de actuar reconocido y reconocible y a los pocos meses el equipo se hunde, el entorno se crispa, se hace el ridículo en la Intertoto y la única sensación que uno percibe es de angustia.

EFDP: ¿La palabra de Segurola es el gurú del aficionado del Athletic o su discurso corresponde a otra época?
P: Ni una cosa ni la otra. Personalmente, me parece un periodista de mucha calidad en sus conocimientos, razonamientos y redacción con el que suelo coincidir en muchos de sus puntos de vista. Aunque desde que fichó por Marca parece más dedicado al Real Madrid y asuntos de interés general, sé que vive y conoce a fondo el Athletic. Sus opiniones parten de un amor incuestionable por el Athletic, con la moderación y perspectiva que da llevar muchos años trabajando en Madrid.

EFDP: ¿Qué opinión te merece Fernando García Macua?
P: Lleva poco tiempo, pero parece haber llegado con las ideas claras y consciente de la necesidad de cambio y renovación en varios sectores del club. Ha tenido algún tropiezo (como el tema de Ezquerro), algún asunto que no ha manejado todo lo bien que sería deseable (“affaire” Julen), pero en general parece querer impulsar un cambio, con optimismo, serenidad y sin variar la identidad del Athletic. Le doy mi aprobado provisional, lo justo para que siga adelante con su proyecto.

EFDP: ¿Qué cambiarías del Athletic actual?
P: Creo que es fundamental que se dé un impulso vital a Lezama, que se marque una línea de trabajo de abajo a arriba, que la cantera del Athletic, por dedicación, profesionalidad, instalaciones, impulso de los estudios, técnicas de entrenamiento, unidad, … sea un referente en Europa. Si somos el único club que vive de su cantera, seamos la envidia de todas las canteras.
Siendo más idealista, creo que los jugadores y técnicos deberían hacer más “vida” en Lezama y en el club: obligación de desayunar, comer y merendar todos juntos, hacerlo con todas las categorías inferiores siempre que sea posible, alguna actividad complementaria al entreno matutino por la tarde (trabajo estratégico, de propiocepción, visionado de partidos o entrenos propios y ajenos, masaje, …).

EFDP: ¿Y qué es lo que más echas de menos?
P: Se ha perdido prácticamente toda la antigua mística de San Mamés. Hay que reconocer que ya no somos aquel público entendido, que respetaba a equipos y jugadores rivales, capaz de aplaudir a quien nos visita y nos supera en buena lid. La Catedral es un campo como los demás ,si acaso muy fidelizado y entregado a su equipo, si acaso con mucha solera, pero poco más.

EFDP: El Athletic de Clemente fue...
P: Ha habido tres Athletics de Clemente, por decirlo de algún modo, pues Javi nos ha entrenado en tres momentos muy diferentes de nuestra historia y de su propia carrera.
El primero, el equipo bicampeón de Liga, significa, sencillamente, el clavo ardiendo al que nos agarramos, en forma de esperanza irracional, los seguidores del Athletic para soñar con ser campeones. Tuvo muchísimo mérito aquello.
El segundo fue un desastre, con todas las letras. No se supo gestionar el cambio de ciclo del equipo campeón seis años antes y vivimos un par de años malos.
El último fue un milagro: el equipo estaba deprimido y no contaba con las tablas que tiene hoy en este tipo de situaciones. En el fondo, todos sabíamos que sólo Clemente nos podría sacar de aquel aprieto.

EFDP: Y Clemente significó...
P: Clemente significó el último Athletic campeón (quién sabe si para los restos …), el último coletazo de grandeza de un equipo que es mucho más que un grupo de jugadores vestidos de igual manera y en busca de un objetivo común.
Hoy, le tengo por una voz más que autorizada en el entorno del Athletic: tiene una especial intuición para saber lo que necesita el club y el equipo para sobrevivir. Dicho de otra forma, y aunque suene extraño: con Clemente, me siento más tranquilo; sé que el Athletic morirá matando sin dejar de ser el Athletic.

EFDP: ¿Urzáiz o Llorente?
P: No me gustan las comparaciones, pero Urzaiz es mucho Urzaiz. No creo que Llorente llegue a la altura de Isma, aunque lógicamente ojalá me equivoque.
Urzaiz tenía un instinto para el remate y un poderío aéreo que no tiene Fernando; y además, era duro y con carácter, dos valores para mí imprescindibles en un delantero centro. Llorente parece más preocupado en pedir disculpas después de un choque con un rival que en seguir la jugada, y tengo para mí que en el área no se sobrevive siendo educado.

EFDP: ¿Etxeberría o Susaeta?
P: Etxebe lleva tantos años en el Athletic y ha significado tanto que ojalá Susaeta alcance su nivel y su rendimiento. Si hablamos de condiciones puramente futbolísticas, me gusta más un jugador como Susaeta, más fino y estilista. Desborda por habilidad y cambio de ritmo, mientras que Etxebe siempre lo ha hecho por ímpetu e insistencia. Pero Joseba es más goleador y agresivo. Bueno, como ves, divago y no puedo quedarme con uno solo.

EFDP: ¿Julen Guerrero o Yeste?
P: No es fácil comparar a mi ídolo de adolescencia con mi ídolo de juventud. En todo caso, por todo lo que significó, Julen no puede compararse con ningún otro jugador de las últimas dos décadas; yo no he vivido la irrupción y crecimiento de ningún otro futbolista como él. Yeste es un privilegiado técnicamente, y siempre ha dejado la sensación de que, de ser más constante y esforzado, habría llegado muy alto en el mundo del fútbol. Yo siempre lo he comparado mucho con Guti: les veo muchas similitudes.

EFDP: ¿Urrutia u Orbáiz?
P: Creo que Pablo tiene mejores condiciones y apuntaba mucho más alto en sus primeros años, pero dos graves lesiones pasan factura a cualquiera. Además del posicionamiento y lectura de la acción, tiene un gran envío en largo y un cambio de juego excelente, dos cualidades muy importantes para descongestionar el juego en un equipo con problemas de fluidez. Josu era de Lezama y muy querido: estuvo muchos años siendo indiscutible en el Athletic sin hacer mucho ruido, pero formó una pareja muy fiable con el gran Alkiza en sus últimos años.

EFDP: Cuando recuerdas el dúo Valverde - Ziganda sientes...
P: Ante todo, nostalgia. Primero, porque eran dos jugadores queridísimo sen San Mamés, que se compenetraban bien y, sin ser de la casa, sabían representar como nadie el “estilo Athletic” (el famoso “gure estiloa”). Y además, el recuerdo me evoca épocas pasadas que, en este caso, sí que fueron mejores: los años de Heynckes, las noches europeas con Parma o Newcastle, …

EFDP: ¿Te atreves a confeccionarme una alineación del Athletic que compile a los mejores jugadores de su historia?
P: Bueno, me parece que los aficionados con mayor bagaje la pueden confeccionar mejor, porque hay muchos a los que sólo he visto en vídeo, pero ahí va: Iríbar; Garay, Alkorta, Goiko; De Andrés, Panizo, Rojo (Argote), Guerrero; Sarabia, Zarra, Gaínza.
Se podrá hacer mejor, seguro, pero no está nada mal este equipo …

EFDP: ¿Y qué alineación sería la idonea a día de hoy?
P: No termina de convencerme el equipo ni con 1-4-2-3-1 ni con 1-4-4-2 tanto como para dar una alineación ideal. En todo caso, creo que el equipo gana en fluidez y sentido si Yeste centra su posición y actúa con libertad. Gorka es fijo en la portería cuando se recupere; la defensa de Caparrós no lo está haciendo mal, dados los precedentes; Orbaiz y Javi Martínez forman un buen dúo en el eje, aunque yo daría más minutos ahí a Iñaki Muñoz; y si David López estuviera rindiendo como se esperaba, mi once estaría completo con Susaeta en el otro costado, Yeste de “enganche” y Llorente o Aduriz arriba, según interese.

EFDP: ¿Caparrós es el entrenador ideal para el Athletic?
P: Yo no diría tanto, aunque a priori es un entrenador que encaja bien con el modelo de un club de cantera que viene además de unos años con problemas y que necesita crecer desde la solidez y la garra. Creo que estamos viendo un Athletic defensivamente mejor que en las últimas temporadas, y que hay jugadores que están evolucionando bien con Caparrós. Por contra, maneja una plantilla con muchos más recursos que Clemente o Mané, por ejemplo, y los números están siendo similares. El equipo está justo físicamente y sigue sin saber manejar un partido y un marcador: ya son seis los partidos en que nos hemos adelantado y no hemos ganado, y sólo en uno conseguimos remontar un marcador adverso: en el Calderón.

EFDP: ¿Heynckes y Luis Fernández lo fueron o sus éxitos fueron fruto de una buena generación?
P: Un equipo como el Athletic depende, más que ningún otro, de las generaciones, no hay duda. Pero la labor del entrenador es vital, porque hacer crecer en la élite a jugadores que dan el salto sin apenas aprendizaje es complejo. Heynckes supo aprovechar la ilusión que generó en todos la irrupción de Julen Guerrero y cambió la forma de jugar del equipo. En su segunda etapa, al margen de algún error de bulto (como cuando se le ocurrió decir que él era “un lujo” para el Athletic), volvió a demostrar su enorme categoría y su perfecto entendimiento de lo que es y significa el Athletic. Por su parte, Luis Fernández consiguió algo impensable: ser subcampeón en pleno auge de la Liga de las Estrellas, el “caso Bosman”, … Renovó ilusiones e hizo valiente a un equipo que venía de librarse de la promoción en la última jornada con su carácter y su entusiasmo. De todas formas, eran años en que la directiva de Arrate dejó un poco de lado Lezama, se hicieron muchos fichajes y buena parte del once y la plantilla eran futbolistas no formados en la casa.

EFDP: ¿San Mamés exige al equipo compromiso, juego o resultados?
P: San Mamés lleva viendo fútbol desde 1913, ha visto hacerse mayor al Athletic y evolucionar este mundo. Quiero decir que es un campo perfectamente consciente de lo que puede exigir al equipo en cada momento. El compromiso con la camiseta y los valores del club es imprescindible, y su exigencia inevitable es lo que aún hoy distingue a la Catedral de otros foros, porque al final cuando el equipo pierde todos nos enfadamos igual. Lo que ocurre es que al valorar al Athletic, entran en juego muchas contradicciones: la historia, el peso de los colores, el presupuesto, … frente al momento actual, las condiciones en que se tiene que defender el club, …

EFDP: ¿Crees que esta dinámica terminará mandando al Athletic a Segunda División?
P: Es muy difícil ser objetivo y analizar con perspectiva cuando pones tantos sentimientos en juego, pero creo que estos tres últimos años han servido para convencer a todos de que el descenso es una posibilidad real, que nos acecha como a cualquier otro y que, de seguir así las cosas, puede hacerse realidad en poco tiempo. Si no se hacen las cosas bien y además juegas con limitaciones, un mal año te envía a Segunda tranquilamente. Nosotros hemos tenido dos y nos hemos librado no se sabe ni cómo, y estamos viviendo algo parecido a un tercero … Lo escribí una vez y me reitero: Athletic, no se muere dignamente; se vive.

EFDP: ¿Tiene el Athletic actual algún futbolista válido para la selección española?
P: Yo pienso que sí, aunque ya se sabe que esto es tremendamente subjetivo. Amorebieta lleva camino de alcanzar un nivel importante y le veo, personalmente, mejores condiciones y momento de forma que algunos de los centrales que Luis lleva habitualmente. Yeste tiene una zurda como para jugar lo que quiera y donde quiera, aunque … Y a una Eurocopa, a la que hay que selecciona tres porteros, yo llevaría a Gorka Iraizoz, seguramente junto a Casillas y Valdés.

EFDP: ¿Y para tí que va primero, el Athletic o la selección?
P: Entre lo desorganizado del calendario, que somos un país eminentemente de clubes y el “despelote” que es la selección últimamente, creo que habrá pocos aficionados en España que antepongan la selección a su equipo particular. Eso sí, sigo a la selección, no me pierdo ni un partido (oficial, los amistosos hay muchos que me los “salto” …) y vivo los Mundiales y las Euros como grandes acontecimientos. Además, supongo que para un madridista o un “culé”, por ejemplo, no significará lo mismo, pero para mí vivir un torneo tan grande sintiendo como propio un equipo en él es muy bonito. El Athletic no me tiene acostumbrado a las fiestas de guardar …

EFDP: Cuando la Real Sociedad certificó su descenso sentiste...
P: En general, tengo la sensación de que la rivalidad que existe entre Athletic y Real se vive de modo muy diferente a otros lugares, como Madrid o Sevilla. En la afición bilbaína, hay mucha gente que desea que la Real Sociedad vuelva a Primera.
No voy a ser falso: no me dolió su descenso. Primero, porque eran un rival directo, y segundo porque vi una posibilidad de reforzarnos con algún futbolista. Ahora, me gustaría que ascendiera y, sobre todo, recuperara su tradicional identidad, apostara por Zubieta y termine la crisis institucional.

EFDP: ¿Cómo pudieron el Athletic y la Real romper sus relaciones por Zubiarre?
P: Aquello fue un sin sentido por parte de todos. ¿A quién se le ocurre presentar a un futbolista sin comprobar su situación contractual? ¿Qué hace el Athletic inmerso en un tema así y sometido al riesgo de ser condenado por un juez? Como en cualquier sin sentido, todos salen perdiendo.

EFDP: ¿Qué futbolista vasco que no juegue en el Athletic ficharías?
P: Hay un jugador en la Premier que me encanta y además me parece que se le valora poco en España: Mikel Arteta. Aunque objetivamente las necesidades actuales de la plantilla sean otras (un punta como Llorente o Díaz de Cerio), Arteta es un jugadorazo que, desgraciadamente, creo que escapa a nuestras posibilidades.

EFDP: ¿Y qué jugador crees que arreglaría los problemas del equipo?
P: Cuando se tiene un problema coyuntural, enderezar la situación no pasa por fichara un jugador u otro. El Athletic tiene que seguir aferrado a sus convicciones y su forma de ser, y procurar contar con las personas mejor preparadas de entre las que estén dispuestas a luchar por ello. Eso es lo que le ha permitido ser quien es y eso es lo que le pide toda la gente que tiene detrás.

EFDP: ¿Volverán a navegar las gabarras ondeando las banderas rojiblancas?
P: No sé si le pasa también a los demás seguidores del Athletic pero, si reflexiono, me doy cuenta de que hace tiempo ya que olvidé el componente festivo que tiene el fútbol. Lo veo en otros lugares, lo cuento y me admiro, pero cuando me dispongo a vivir “mi fútbol”, “mi equipo”, me dispongo a encoger el alma y sufrir.
Siempre he pensado que el fútbol tiene una enorme deuda personal conmigo y confío en que, cuando menos lo espere, la satisfaga. Lo digo honestamente: un éxito del Athletic le vendría bien a este mundo en general; supondría volver a poner en auge valores que muchos han olvidado ya.

EFDP: Vivir un partido en San Mamés es...
P: Comprobar hasta qué punto un pueblo y una afición se unen con un equipo de fútbol.

EFDP: Muchas gracias crack. Hasta otra.
P: Muchas gracias a ti, ha sido un placer.

martes, 4 de marzo de 2008

Valió la pena

Existen días de asueto en los que las intenciones te regalan más ánimo de invocación que de líneas imaginativas, en los que, por alguna causa, apetece mucho más sonreír que escribir, alborozarse en la imaginación que presentar un legado, insistir en el recuerdo cercano antes que en el pasado más gris.

Y así estoy yo, con el folio en blanco, la mente indispuesta y los dedos agarrotados. Pensando que quizá sería mejor dejar estas líneas de contacto global para otro momento, cuando de repente me he preguntado si el resto de aficionados atléticos sienten el mismo cosquilleo en el estómago que acaricia mis despertares, si el resto de aficionados al fútbol son conscientes de que el sábado se santificó un tipo entre cuatro gradas y sesenta mil personas.

Y eso que a punto estuve de sacrificar mis gritos por dos horas de relax. Mi propia prescripción facultativa me había recomendado no salir a la calle en busca de disgustos; mientras mis piernas se preguntaban por el próximo partido mi conciencia funcionaba terca, como un reloj. “Mejor quédate en casa”. Pero uno no puede quedarse si recibe la llamada de su suegro diciéndole que prepare el ánimo y la garganta porque viene a ver contigo el partido de la tarde. Cuelgo el teléfono y en mi breve reflexión me pregunto si este hombre es masoca o realmente me aprecia. Decididamente debe ser lo segundo porque de lo contrario me resultaría totalmente imposible de comprender sus ganas por ver un partido conmigo después de todas las escenas que he montado en su presencia.

Otra reflexión. Pasa la mañana despacito y no hago más que pensar en mí mismo, parece como que no fuese a haber partido. Realmente no lo hay; estoy tan convencido de la derrota que incluso no me importaría desconectar el mundo de mis oídos y evadirme algún libro o alguna película. Esos de rojiblanco no son los míos.

Cuesta horrores encontrar un sitio donde televisen el partido del Atleti. Hace años que dejé de ser un habitual de costumbres en cuanto a mis visitas al Calderón se refiere. La pereza de la derrota, la falta de apoyo moral y la comodidad de poder pagar por ver la primera división en Getafe me han convertido en un atlético de tasca y chascarrillo. Delante de cada barra, apoyado en la puerta de cada bar y asomado al umbral de cada concentración de aficionados, me responden con la misma cara de sarcasmo y la misma voz de soberbia: “A quién vamos a televisar, pues al Madrid”. Si es que solamente se me ocurre preguntar a mí por un Atleti – Barça. Faltaría menos.

Finalmente, y escondido tras un callejón perdido, asomamos la cabeza por última vez buscando nuestra penúltima oportunidad y observamos, con la sonrisa pintada en el rostro, como Maxi y Puyol intercambian sus saludos en el sorteo de capitanes ¡Y encima hay una mesa libre! Para adentro.

De la peripecia del prepartido a la exaltación del postpartido median cuatro goles y la figura inconmensurable del Kun Agüero. Detrás de mí hay un tipo con cara de friki y auriculares alrededor de la cabeza que reparte su algarabía en tres turnos; grita los goles del Madrid, grita los goles del Atleti y grita el gol del Sevilla. Me doy la vuelta como puedo y le miro con cara de Schuster. “Te estás riendo de mí en mi cara”. Mi suegro me mira, me conoce y se ríe. Prefiero no decir nada y guardar la compostura. En realidad soy el tipo más tranquilo del mundo, pero no sé que tiene este Atleti que saca lo peor de mí.

Con el primer gol resoplo; nos estaban dando un baño de narices. Con el segundo respiro; al final va a tener razón mi hermano cuando me dijo que ganábamos fácil. Con el tercero sonrío; ¿Para cuándo una de estas contra el Madrid? Con el cuarto tengo que sujetarme para no terminar llorando; a veces el Atleti también saca lo mejor de mí.

Vuelvo a casa. Mi suegro regresa al pueblo y mi mujer marcha a cubrir el turno de noche en su trabajo. Se acabó. Un día más el fútbol ha podido con todo y lo que hubiese podido ser una mala cara se convierte en una noche feliz. No es la primera vez que Sagrario me riñe por la facilidad que tengo de dejar que mis ánimos se vean afectados por la brújula de un resultado; "no lo puedo evitar", le digo sin más, "el Atleti es parte de mi vida". Parto un trozo de chorizo y destapo una Mahou de esas que conservo siempre frescas en la nevera. En la tele, el Espanyol ya le va ganando al Valencia y le doy la razón a Montes cuando dice que la vida puede ser maravillosa. Suena el móvil; es mi hermano, “Qué bueno es el Kun”. Sonrío. Vuelve a sonar, “la semana que viene resucitamos al Zaragoza”. Vuelvo a sonreír. Y aunque me fastidia tenerle que dar la razón y pensar en el nuevo ridículo que nos espera en La Romareda, busco en lo más profundo de mí para teclear una respuesta. “Es posible, pero por primera vez en muchos años siento que el mejor futbolista del mundo juega en mi equipo”.