En una sociedad en la que los mitos viajan en la montaña rusa de la crítica, donde un aplauso tiene billete de ida y vuelta y donde un improperio es más un deseo que una queja, resulta fácil reconocer el nacimiento y caída de cada futbolista porque en cada trayectoria encontramos nuestros propios asombros, nuestras propias ironías y nuestros propios sonrojos. Quien hoy está arriba tiende tanto a bajar compulsivamente que solemos catapultar a lo más alto del podio a un futbolista distinto con solo un par de meses de diferencia.miércoles, 30 de enero de 2008
Deslumbrados por los flashes
En una sociedad en la que los mitos viajan en la montaña rusa de la crítica, donde un aplauso tiene billete de ida y vuelta y donde un improperio es más un deseo que una queja, resulta fácil reconocer el nacimiento y caída de cada futbolista porque en cada trayectoria encontramos nuestros propios asombros, nuestras propias ironías y nuestros propios sonrojos. Quien hoy está arriba tiende tanto a bajar compulsivamente que solemos catapultar a lo más alto del podio a un futbolista distinto con solo un par de meses de diferencia.lunes, 28 de enero de 2008
Las verdades del resultado
Durante meses estuvimos perdiendo el tiempo enfrascados en un debate nacio
nal; el mal juego del Real Madrid. Cuando los números han ganado por aplastamiento a las palabras, nos damos cuenta del verdadero nivel de este equipo. Como tiene calidad para arrebañar tres puntos en la peor circunstancia, le basta jugar al tran tran para ganar a los equipos pequeños, y como conserva el hambre voraz fruto de cuatro años de inopia y medio año de ensueño, es capaz de sacar lo mejor de sí ante los equipos más grandes del campeonato. Por ello es líder, sólido y eficaz. Fruto de que las cosas se han hecho bien.Cuando el Barça empezó a tocar el principio de su fondo, salieron al aire los trapos más sucios de un vestuario cans
ado de ganar. Cuando empezaron a ver al líder tan lejos que ni siquiera bastaba el tiempo como coartada, salieron voces críticas contra el juego abierto del equipo. Como si se tratase de tomar como ejemplo la entereza capelliana como camino más corto hacia la remontada, los oportunistas del fracaso se precipitaron a tomar el sentimentalismo como solución. Algunos pesos pesados, Eto'o a la cabeza, promulgaron la importancia del resultado por encima del juego. El error fue el de no pensar que el Barça no sabe especular. Por ello, cuando se pierde el balón, cuando se pierden los espacios, cuando se trata de robar atrás y montar la contra, cuando se trata de jugar con los minutos, el Barça se encuentra fuera de su hábitat natural, porque la concepción de su juego y la tradición de sus éxitos marcan otro camino. Así, ni el juego ni los resultados llegaron y los objetivos se ven cada vez a una mayor distancia. Síntoma de que las cosas se han hecho mal.Cuando el Getafe perdió a su entrenador estrella, se avecinó un cataclismo sobre sus sueños de grandeza. Como el perfil de Schuster se había engrandecido tanto como para quedarse agigantado en un estadio tan pequeño, el club retrocedió dos años y volvió
a tentar a un técnico de perfil bajo. Ayudado por su prestigio como jugador y por la tranquilidad que supone proponer fútbol bajo presión, la ciudad volvió a regenerar sus sueños. Se empezó mal; porque las aspiraciones habían quedado bastante grandes y porque algunos futbolistas aún no habían despertado de sus sueños de grandeza. Pero el danés apostó por la paciencia, por la confianza en el trabajo y, sobre todo, por la importancia exclusiva del balón por encima de todas las cosas. Agrupó a sus mejores centrocampistas en torno a la pelota, apostó por la elaboración sensata y descargó de presión a una plantilla obligada a soñar por encima de sus posibilidades. El resultado fueron un puñado de grandes partidos, media docena de hazañas y la sensación de que el fútbol está por encima de las pretensiones. Fruto de que las cosas se han hecho bien.
das las primaveras volvemos a resetear nuestra desazón obligados por la dinámica perdedora en la que suele caer este equipo. Cuando las necesidades solicitan un par de defensas, se derrocha el dinero en tres extremos que no aportan nada. Cuando el público pide a voces un poquito de creación, se recurre a la resistencia física para alcanzar la heróica. Cuando el fútbol brilla por su ausencia, cuando se apuesta por el choque por encima de la elaboración y cuando los resultados negativos pesan como una losa en la frágil mente de los futbolistas, el equipo vuelve a reencontrarse con los mismos fantasmas de siempre; mediocridad, objetivos inalcanzables y zona de nadie. Aguirre decidió apostar por la contundencia y la pelota, tan caprichosa, le puso en su lugar. Síntoma de que las cosas no se han hecho bien.Hace poco más de un año, el Rayo Vallecano pintaba la cara de un cariacontecid
o Espanyol y le dejaba fuera del sueño alcanzable de la Copa del Rey. La directiva se reunió y se decidió bajo consenso que el entrenador solamente tendría un partido más para demostrar su valía. El entrenador tuvo un partido más y la demostró. Tanto que hoy, bajo el sospechoso rencor de dudas pasadas, el equipo de Montjuic se ha reivindicado como uno de las referencias del campeonato, todo porque ni directiva ni entrenador terminaron por perder los nervios. Y es que finalmente los resultados siempre salen a flote cuando las cosas se hacen bien.Hace solamente unos meses, la afición valencianista obligó a su presidencia a destituir al infructuoso entrenador Quique Flores. Qu
ique, que aún relamía sus heridas de guerra de la temporada anterior, se encontró indefenso ante el poder lógico del resultado. Lo que nadie se paró a mirar fueron las circunstancias del supuesto fracaso. Con media plantilla lesionada había sido capaz de llegar al último tercio de liga con serias aspiraciones de campeonato y con el ambiente del entorno en contra había conseguido meter al equipo en el selecto grupo de equipos Champions. Como la afición se había acostumbrado a obtener un premio mucho más goloso que una simple clasificación y aún no se había parado a pensar en circunstancias, cuando un par de equipos asaltaron el botín de Mestalla, la cólera general cortó la cabeza de un técnico que durante más de diez años vistió la camiseta de un club que conocía desde las entrañas. Cuando se cambió sentimiento por incertidumbre, el caos sustituyó a la paciencia; se tomaron decisiones surrealistas y los esquemas empezaron a parecerse un crucigrama. Tres meses después, el Valencia añora a Quique y el valencianismo añora el espíritu competitivo que hizo grande el equipo. El descenso se ve más cerca que la Uefa y el miedo hace temblar el corazón de cada futbolista. Es el ejemplo más claro de como no deben hacerse las cosas.Cuando hace dos años el Villarreal se apeó de su sueño más grande por la dolo
rosa vía de un penalti mal lanzado, la afición recurrió al aplauso como mejor revulsivo y al perdón como premio al trabajo satisfactorio. El equipo giraba en torno a Riquelme y Riquelme se sentía amo del equipo. Pero aquel penalti trastornó al futbolista y terminó por generar una depresión incontrolable en una ciudad que vivía para el fútbol. Riquelme se rebeló contra el mundo y Pellegrini se rebeló contra él. Las medidas a tomar, a modo de solución, se reducieron a dos: o fuera el entrenador, o fuera la máxima estrella. Como la directiva confiaba más en el trabajo que en el capricho, decidió dar cuerda al míster y sacrificar a Riquelme buscando el máximo beneficio para el club. Año y medio después, Riquelme está totalmente olvidado y el Villarreal ha dejado de ser un equipo aglutinado en torno a un personaje para convertirse en un maravilloso colectivo divirtiéndos en torno al balón. Fruto de la paciencia y el trabajo bien hecho.
e un niño malcriado. Cuando D'alessandro faltó el respeto a su primer entrenador, la directiva decidió perdonar la salida de tono y mirar hacia otro lado. Era la manera más sutil de quitarle poder al preparador y fortalecer el pataleo de la presunta estrella. Algo parecido debió pasar cuando Garitano quiso poner en fila al jugador y decidió dar la espantada a modo de protesta. Irureta se encuentra pues, ante un problema que no se cortó de raiz y la tesitura de un equipo cargado de calidad pero viciado en las formas. Muchas veces, tomar la decisión errónea suele dejar al club en el disparadero de la duda y con las vergüenzas al aire. Un ejemplo más de como no deben hacerse las cosas.jueves, 24 de enero de 2008
Abarcando y apretando
Dicen que el que mucho abarca poco aprieta. Debe ser por el afán de algunos de estar en más sitios de los que realmente puede acceder, o por el interés contínuo que existe de conservar el nombre por encima de los actos. Para la admiración más sensata debemos acudir a aquellas personas que dejaron más huella entre las conciencias que entre el clamor popular.martes, 22 de enero de 2008
Las vidrieras de la Iglesia de Saint Francis
El avión “Elizabeth”, perteneciente a las líneas aéreas británicas (British Airways), seguía parado en las heladas pistas del aeropuerto de Munich. Eran casi las tres de la tarde y el mes de febrero dejaba huella sobre el cielo alemán; un frío aterrador asolaba el exterior y dentro del aparato, cuarenta y tres pasajeros esperaban impacientes el despegue, pues tenían prisa por regresar a casa y abrazar de nuevo a los suyos.viernes, 18 de enero de 2008
Tras las huellas del caballo de Atila
Ya he dicho otras veces que mi primer regalo futbolístico fue una camiseta de tela engalanada con los colores azul y blanco y el escudo de la Real Sociedad cosido en el lado del corazón. Pudo haber sido uno de mis golpes de destino, pero al final la mística, la cercanía y el cariño familiar me acercaron al Atlético de Madrid, primero por simpatía, más tarde por amor, hasta que definitivamente me entregué a su devenir con auténtica pasión.miércoles, 16 de enero de 2008
De copas

menos de un año, Schuster, entonces técnico del Getafe, enfrentó una eliminatoria de copa frente al Valencia extendiendo sus recelos contra el árbitro designado. No pasó nada, porque el Getafe ganó y porque la afición valencianista decidió cargar las tintas contra sus jugadores y olvidarse del triunfador. Han pasado los meses y ahora es el alemán el que recibe en carnes sus propios recelos y ahora se muestra molesto. Es normal. Pero es imposible pretender predicar un credo y evitar que otros lo hagan contigo y mucho menos alegando el pasado desligado del fútbol de tu contertulio como coartada. No debe olvidar Schuster que hace dos décadas surgió un visionario que le dió la vuelta al fútbol y al que todos se precipitaron a imitar con mayor o menor dosis de suerte. Se llamaba Arrigo Sacchi y él tampoco había jugado al fútbol.
- La eliminatoria más interesante, a priori, tendrá lugar de presencia en el Nuevo Zorrilla de Valladolid. Allí, el equipo local y el Atlético intentarán echarle un borrón al empate a cero de la ida y acumular en su palmarés su pequeña dosis de éxtasis. Se habla demasiado del próximo derbi en Madrid y esa puede ser un arma mortal para el Atleti; pensar en futuro suele echar al traste los intereses
del presente. Además de ello no debemos olvidar que el Valladolid juega al fútbol de forma formidable.
que afrontará el Villarreal en su estadio frente al Recre. El submarino puede permitirse el lujo de mirarle a la copa sin resentimiento. No le ocurre lo mismo al Recre. El fútbol tiene datos tan curiosos que en ocasiones nos da por pensar que nada puede estar atado al poder del azar. Resulta que el baile veraniego de banquillos ha situado al antaño sorprendete Recre en el mismo lugar que ocupaba el Racing de Santander a estas alturas durante el pasado curso y por ende, el Racing de Santander del ex recreativista Marcelino, ocupa al final de la primera vuelta, el mismo sexto lugar que vanagloriaba al Recre el año pasado. Son las cosas del fútbol; como en la vida, el trabajo bien hecho suele tener su recompensa. Veremos cuántos lujos pued
e permitirse el cuestionado Víctor esta noche en El Madrigal. Me temo que pocos.- Aunque nadie tiene tan difícil esto de apostar por la sorpresa como el Levante. Sumido en una grave crísis de ju
ego, identidad y finanzas, el equipo afrontará el duelo contra el Getafe con la esperanza de los noventa minutos y la cruda realidad del presente más oscuro. Ambos jugarán con suplentes; Di Biasi porque no encuentra mejor motivo para reservar sus fuerzas de cara al milagro y Laudrup porque, un día más, siente la necesidad de dar en los morros a su presidente. Cuando el listón de las exigencias se ponen muy por encima de la realidad el resultado suele ser el fracaso y el choque de egos. El Getafe va camino de autodestruir todos sus logros; lo que antes era casualidad ahora es obligación, lo que antes era un gesto simpático ahora debe ser un gesto duro. O alguno de los dos calla a tiempo o cuando vuelvan a hablar será para lamentar errores.
a hinchada del Athletic. Eran años en los que la final de Copa era reducto del club Bilbaíno; daba igual el rival que estuviese enfrente, uno de los comparecientes era siempre el Athletic. Ahora que hace veinticuatro años que no gana un título y veintitrés que no alcanza una final quizá haya vuelto a llegar la hora de replantear los objetivos. La Copa fue siempre un título fabricado a la medida exacta de su ímpetu, coraje y fútbol directo y en una época en la que el torneo se ha convertido en un carrusel de sorpresas y el Athletic ha perdido sus señas de identidad, quizá fuese factible pensar en un puñado de arreones para recuperar la sonrisa. No será nada fácil, la verdad, primero porque este Athletic de hoy no tiene fútbol para imitar gestas de ayer y segundo porque de los tres o cuatro equipos que juegan de verdad al fútbol en este país, uno de ellos, el Espanyol, será quien enfrente sus pretensiones. Un Espanyol que, además, hace poco menos de una década le cogió gustillo al torneo y se relame por dentro cada vez que rememora la gloria de sus mejores finales.lunes, 14 de enero de 2008
Desde la orilla
Esto de los derbis hace tiempo que dejó de tener emoción para convertirse en un signo fijo en la quiniela; pasase lo que pasase, viniese cada equipo de donde viniese, tirase el Atleti los tiros que tirase, la victoria siempre ha sido para el Madrid. Así de sencillo ha sido.jueves, 10 de enero de 2008
El arte de la inspiración
No sabemos que hubiese ocurrido de haberse juntado Goya y Picasso en una misión común, es posible que hubiesen podido fabricar el cuadro perfecto. O quizá no. Lo que sí vimos es lo que ocurrió cuando a un visionario llamado Johan Cruyff se le ocurrió unir los talentos de Laudrup y Romario sobre el mismo tapete y ataviados con la misma camiseta. Lo que ocurrió fue como un sueño hecho real, como la explosión de la alegría colectiva, como el poder de la imaginación sobre los yugos sociales.
Una conjunción de inspiraciones mágicas que tuvo su punto culminante una fría noche bajo el oscuro cielo de Pamplona. El Sadar se había abarrotado para rendir galas a la visita del mejor equipo del mundo y el mejor equipo del mundo respondió con creces a las expectativas generadas. Durante un instante que se convirtió en imborrable, surgió la chispa del danés y la facilidad del brasileño. Al primero se le ocurrió que un balón hacia atrás solamente conseguiría entorpecer la jugada, al segundo que un centro semejante no merecía una definición vulgar. Ambos fabricaron un golazo y con el paso de los años, todos seguimos aplaudiendo en el recuerdo.
martes, 8 de enero de 2008
El Fútbol de Doble J
Mi pasión por el futbol arranca a muy pronta edad con apenas 4 o 5 años sin saber prácticamente el abecedario ya comenzaba a interesarme por el fútbol, primeramente fue el FC Barcelona club que me llamó la atención, quizás porque justo por entonces ganaron su primera champions league, a raíz de aquello me aficioné al equipo y al deporte y con el tiempo supe que el futbol no era un deporte más sino mi preferido.
Poco a poco fui viendo y aprendiendo a base de partidos épicos como aquel mundial de EEUU, con la estampa de Luis Enrique, y un tal Roberto Baggio dejandonos sentenciados, partidos de competición europea memorables o enfrentamientos apasionantes en las islas,Alemania...
Ese sentimiento que roza la heroicidad que es sentir la grandeza del futbol me impulsó a otro paso, conocer alguna liga extranjera y seguir disfrutando con pasiones que van mas allá de lo racional.
Mi pasión por el fútbol internacional y por el Borussia Dortmund arranca hace justamente 10 años, casualidad o no ese fue uno de los mejores años de este equipo Alemán y fecha en la que consigue la hegemonía en Europa, esta se hacía patente al ganar en el memorable partido para mi a la Juve por 3-1 sino recuerdo mal, que significaba ganar la primera Champions League de su historia y más tarde la Copa Intercontinental.
Nombres como Reuter, Sammer,Moller,Chapuisat,Ricken,Klos,Lambert fueron los que me inspiraron un sentimiento que con el tiempo se ha hecho más grande y con el que he disfrutado mucho hasta la fecha y que me impulsaron a seguir este deporte.
Después de encontrarme con sentimientos nuevos para mí, supe disfrutar del futbol en general sin particularizar en clubes, para ello fue clave aquella mítica final entre el Bayern y el Manchester que yo creo que todos los que vimos ese partido no se nos olvidará jamás y que supuso que me enganchara definitivamente al futbol.
Mientras el Borussia tuvo unos años de transición, quizás no se supo digerir bien el éxito, y miticos jugadores se fueron reponiendo por otros ya miticos del club como: Rosicky,Koller,Frings,Amoroso,Lehmann... Pero la grandeza de este deporte vuelve a encumbrar al equipo si bien no de forma tan mediatica, ganando otra liga y disputando una final de la UEFA, contra el Feyenoord, que se perdió 3-2, y que fue para mi otro de los míticos partidos de mi vida, con una noche magistral de Van Hooijdonk que nos aguó la ilusión...
Esta ilusión se fue perdiendo poco a poco debido a los pésimos resultados desde entonces, escándalos, y multitud de entrenadores y jugadores poco implicados, pero si pudieron rehacerse entonces sigo confiando en que en el futuro lo vuelvan a hacer y me devuelvan la alegría e ilusion.
Paralelamente al Dortmund seguía y sigo siendo del Barça lo cual me ha llevado muchos sinsabores especialmente esos 5 años en blanco, y en los que el Madrid ganaba , Champions Ligas, Intercontinentales, pero como todo en el deporte hay que esperar y el Nuevo Dream team capitaneado por Rijkaard me reforzó mucho de las desilusiones sufridas.
Una de estas desilusiones fue el partido de Champions league, cuando el barça caia derrotado a manos del Leeds por entonces muy enchufado, recuerdo que fue un duro golpe pero que como dije con el tiempo se fue curando, sobretodo al ver como hace apenas año y medio el barça ganaba la 2ª.
A todo esto también seguía con especial cariño al equipo de mi tierra, el Racing, que aunque muchos no lo conozcais bien es una especie de Atletico de Madrid, abonados al sufrimiento año a año y librandose desde que tengo uso de razón del descenso en los últimos partidos.
Mi mayor anécdota con el Racing fue hace un par de temporadas, cuando el equipo, bastante flojo por cierto se salvó en el último momento con un gol de Antoñito tras empatar justo antes Alfaro a Osasuna, recuerdo oirlo por radio y oir los desaforados gritos y llantos de los locutores me trasmitieron quizás el mayor sentimiento de ilusión y alegría que nunca he tenido y que incluso me provocó hasta unas lagrimillas rebeldes cosa rara en mí.
Que grande es el futbol, y que grande lo hacemos los aficionados. Mi historia comenzó así pero justo ahora estará fraguandose la historia de otro joven niño que aprenderá a disfrutar y amar este deporte como le hice yo con el paso del tiempo.
Doble J es el administrador del blog "El Fútbol según Doble J", sin duda, uno de los blogs de fútbol internacional de referencia en la red. En él, Doble J nos desgrana de manera detallada los entresijos, la evolución y las anécdotas de la Bundesliga. Si quieres conocer al dedillo el fútbol alemán, no lo dudes, coloca este espacio como uno de tus blogs de cabecera.
viernes, 4 de enero de 2008
El mejor equipo de la historia
- Yashine: Siempre vestido de negro; amenazador, el rostro serio, la mirada co
rtante y la mueca escondida. Yashine no concedía momentos para la duda, si intuía miedo, si notaba un soplo de desesperación en el aire, la situación era suya. Buscaba el balón con franqueza y el balón lo buscaba a él como un imán; cuando se encontraban, la parada era de lujo, cuando se unían, el delantero volvía a repetir su pesadilla. Lev Yashine jugó durante más de veinte años en el Dínamo de moscú, paró más de ciento cincuenta penaltis y dejó su portería a cero en doscientas setenta ocasiones. Fue cinco veces campeón de Rusia y una vez campeón olímpico, ganó el balón de oro en 1963 y sus rivales, temerosos de encontrarse cara a cara con su mirada y desesperados ante los mil brazos que se encontraban tras cada acción, optaron por apodarle de la manera más legendaria posible: La Araña Negra.
tbolistas brasileños pueden presumir de sostenerse en la élite pasados los cuarenta. La mayoría pasan la treintena engullidos por la fama y la farándula. Marcos Evangelista de Moraes siempre fue un futbolista comprometido, no se ligó a ningún club porque a él, lo que le sacudía por dentro era el afán de victoria. Cafú es la cara alegre de un fútbol en vías de extinción; sobrevivió al dañino invento de los carrileros, evolucionó hasta europeizarse y triunfó en estado mayúsculo allá donde todos los brasileños sueñan con enaltecer su currículum; la selección brasileña. Lateral ofensivo, empleado abnegado y locuaz alegría al servicio del colectivo, Cafú jugó tres finales consecutivas de la copa del mundo, ganó dos y triunfó en el recuerdo y admiración de millones de aficionados en todo el mundo.
s que, como el vino, mejoran con los años, si te dicen que las leyendas son historias imborrables, busca la mirada fría y ganadora de Paolo Maldini y encontrarás respuesta a muchas preguntas. Maldini nació futbolista, aprendió a ser ganador y se convirtió en institución a golpe de victorias. Nació diestro y triunfó en la izquierda, tuvo alma de delantero y se consagró como defensa, soñó que lo ganaba todo y lo ganó casi todo. Alguno dicen que le falta un título importante con su selección ¿Qué mas da? El recuerdo más bonito es el de la cara de sufrimiento de cada uno de los extremos que osó enfrentarse a él; ellos tiraban de intención y Maldini tiraba de manual.
esta manera, resulta inevitable vestir la camiseta blanca y sentir en el alma el impulso ofensivo del atacante. Por eso es tan difícil triunfar como defensa en el Real Madrid, fueron muchos los que lo intentaron y pocos los que lo consiguieron y nadie destacó tanto en la parcela trasera del equipo blanco como Fernando Hierro. Sus valores eran los necesarios y su espíritu era el preciso; como un diablo vestido de ángel pasaba de maravilloso a violento en tan sólo una centésima de segundo. Hierro mandaba, organizaba e imponía su ley en el área. Si estás conmigo te voy a llevar en volandas, si estás contra mí te voy a amargar la tarde. Fueron muchos los amargados y muchos más los contagiados por su liderazgo. Jugó de centrocampista, goleó como un delantero y se acunó en la defensa para levantar copas de Europa. Sacaba el balón con criterio, pegaba fuerte y anticipaba como pocos. La obligación estaba siempre por encima de las circunstancias; el Madrid necesitaba un líder y Hierro cumplió su papel con sobrada categoría.
ar desmarcado al remate, el que maneja las dos piernas, los tiempos y el gol. Todo eso era Beckenbauer en sus inicios; el motor de un Bayern Munich que soñaba ser grande y la gran apuesta de una selección alemana que intentaba reiniciarse en la élite. Antes de 1970 jugó dos mundiales, no ganó ninguno, pero dejó la sensación de jugador único. Después de 1970 lo ganó todo; el mundial, la Eurocopa y una colección de Copas de Europa. No sirvieron para mejorarle. Franz Beckenbauer había optado por retroceder veinte metros y esconderse en la cueva de la defensa, optó por la comodidad de convertirse en un futbolista sin obligaciones y se convirtió en un ídolo mediático. Hizo carrera, escribió una historia y se convirtió en figura mundial, tenía mucha calidad y cumplía de sobra con su trabajo, pero los que vieron al primer Beckenbauer nunca le perdonaron su paso atrás. Porque el segundo Beckenbauer fue muy bueno, pero el primero había sido mucho mejor.
legó Schuster para imponer algo nuevo; desplazamiento y recorrido. Alemania ganó la Eurocopa de 1980 con un fútbol agradable y eficaz y Schuster se erigió como la gran promesa de un país que llevaba años sin cansarse de ganar. Curiosamente, Schuster no volvió a jugar con Alemania, se refugió en un país cuya concepción del fútbol era más racial y se acostumbró a vivir la competición desde el lugar más alto de las obligaciones. Ganó títulos con el Barça, el Madrid y el Atleti y, por encima de sus éxitos, dejó la sensación de un futbolista casi irrepetible. Se convirtió en el espejo de futuras generaciones y plantó una semilla en Barcelona cuyo fruto se recogió años después con futbolistas como Milla y Guardiola. Pero Schuster era algo más; tomaba el mando, controlaba el balón e intuía el horizonte, si jugaba en corto era para iniciar una idea, si jugaba en largo era para romper una jugada, clavaba las faltas en la escuadra y su pie fue el guante que muchos trataron de imitar.
costado derecho, desde allí arrancaba y se imaginaba un defensa con ganas de jugar, entonces paraba en seco e inmediatamente volvía a arrancar, así cuantas veces fuera necesario. A su manera consiguió desquiciar a cientos de defensar, con su sonrisa perdida y su mirada melancólica, consiguió ganarse el corazón de millones de brasileños. Pero todo se acaba y el olvido viaja casi tan rápido como la memoria. Nadie se acordó que aquel tipo que vagabundeaba solitario por la calles de Río pegado a una botella de alcohol, fue el mismo que levantó a un país de su letargo. Murió solo y sólo entonces consiguió despertar el recuerdo; miles de personas acompañaron su féretro para darle el último adiós. El día que se fue Mané Garrincha se fue para siempre una manera única de entender el fútbol, se fue la alegría del pueblo y el motivo por el que llenar un estadio. Extremos buenos hubo muchos, pero Garrincha sólo hubo uno.
ente pierna izquierda y una velocidad endiablada. Un compañero, mucho más listo y veterano que él le contó tres verdades y le enseñó varias reglas, como sus características eran muy especiales le enseñó a desmarcarse y a buscar lo sencillo por encima de las dificultades; "Tú dámela a mí y empieza a correr". Su compañero se llamaba Alfredo Di Stéfano y con él, Gento y el Real Madrid aprendieron a ganar. Ganó tanto que hoy su palmarés ocupa varias hojas, formó parte de delanteras inolvidables y venció el paso del tiempo convirtiéndose en guía y timón de nuevas generaciones. Cada vez que ganaba la línea de fondo varios compañeros esperaban el remate, cada vez que rompía una línea defensiva era para poner una puntilla, como corría más que nadie y se cansaba el último, se convirtió en pesadilla de los que trataron de alcanzarle. El Madrid despegó con Gento y Di Stéfano y aún ningún equipo ha sido capaz de echarle el guante; a él tampoco se lo echaron. Sabía correr y aprendió a jugar. Sabía soñar y aprendió a ganar.
Maradona nació en medio de la necesidad, creció soñando ser alguien mientras se esforzaba por echar una mano en casa y se pegó a una pelota de fútbol para tratar de hacer sus sueños realidad. Era solo un crío cuando la televisión llamó a su puerta; "Dicen que por aquí vive un chico que juega como los ángeles". Era cierto. Cebollitas, el equipo de su barrio, batió records gracias a la mágica pierna izquierda del niño Maradona. A raíz de ahí todo fue muy rápido; Argentinos Juniors, Boca Juniors, Barcelona, Nápoles, Sevilla, Newell's Old Boys y vuelta a Boca. Se cuenta tan deprisa que parece una carrera trepidante sembrada en luces y adornada de rosas, pero nada fue así. Maradona tuvo que vencerle a la hepatitis, a las patadas de los defensores y a una adicción a la cocaína que le puso en puertas de la muerte. Ahora nadie recuerda eso, porque lo que de verdad quedó de Diego fueron sus jugadas inigualables y sus goles irrepetibles. En numerosas ocasiones fue diablo, pero el campo fue ángel, barrilete cósmico y pelusa. Fue irrepetible, inalcanzable e imparable. Para los que crecimos con él, simplemente fue el mejor.
Y es que deslumbrar a un planeta ganando un mundial no podía ser mejor carta de presentación. Con sus credenciales se convirtió en símbolo de un país y con sus goles se convirtió en estandarte del Santos. Marcó tantos goles que aún hoy, nadie ha podido alcanzar sus cifras. Ganó tantas cosas que aún hoy muchos aficionados rememoran aquellos días como un pasaje de sus propios Evangelios. Pelé era un delantero de últimos metros y definidor implacable, como le gustaba reír trataba de bailar con los defensas; tiraba caños, inventaba paredes con las espinillas de los rivales y ejecutaba a los porteros con un amague. Mientras las tecnologías apenas regalaban un puñado de imágenes en blanco y negro, Pelé era la estrella lejana que todo el mundo quería imitar e imaginar. Con la llegada del color todo fue una explosión de realidades; el mundial de México, los goles que no fueron a Checoslovaquia y Uruguay, el cabezazo portentoso ante Italia. Y después el sueño americano, las películas y la repetición de sus mejores jugadas. Pelé fue mito y leyenda, tras su adiós el Santos siguió enamorando pero dejó de ganar y Brasil siguió ganando pero dejó de enamorar.
Craso error, porque Van Basten no era solo eso y los que vinieron después no supieron entenderlo. Marco Van Basten era un tipo inteligente, fino para jugar y audaz para buscar el desmarque, como además manejaba con soltura el arte del remate, cada jugada se convertía en letal cuando el balón llegaba a sus pies. Cómo su fútbol era regalo de dioses, resucitó a un Ajax resacoso de sus recuerdos, resucitó a una Holanda oxidada en su mecanismo y resucitó a un Milan podrido de desconfianza. Jugó cuanto pudo y se retiró joven. Tanto ballet en el área no lo aguantaban ni los mejores tobillos; los suyos eran de cristal. Un día hicieron "crash" y se acabó para siempre un futbolista único. A los que le vimos jugar, nos queda el recuerdo imborrable de un delantero que pudo crear una escuela y sin embargo se conviritió en irrepetible.