lunes, 17 de agosto de 2009

Sin carrerilla

Ahora que el plazo del mercado de fichajes apura su límite, viene a la memoria uno de esos fichajes de última hora que, por fuerza y “gracia” del talonario revolucionan los titulares, iluminan las sonrisas de los ganadores y hacen torcer el gesto de los indefensos.

Corría el último día de agosto de 1997 cuando Núñez, acorralado por el barcelonismo después de vender al fulgurante Ronaldo al Inter de Milán, sacó la chequera y pagó la cláusula de rescisión del mejor jugador del Deportivo La Coruña. El Dépor se quedó sin la piedra angular de su proyecto y el Barça ganó un tipo que entendía el fútbol de una manera muy distinta a la de su nuevo entrenador, Louis Van Gaal. Nació así una intensa relación de poco amor y mucho odio en el que un entrenador ponía a su jugador más decisivo pegado a la banda izquierda y su jugador más decisivo terminaba jugando por donde le daba la gana.

Entre los ciento siete goles que marcó en sus seis temporadas en España, queda el recuerdo de medio centenar de tantos espléndidos; de tijera, de cabeza, de falta directa, de penalti y hasta desde el centro del campo. Como aquel día en el Vicente Calderón cuando el estadio rojiblanco se vistió de gala para despedir a José Luis Pérez Caminero. Aquel fue un partidazo del Vieri y el último de Radomir Antic en su primera, y más gloriosa época, al frente del Atleti. Mediada la primera mitad, Rivaldo agarró un balón sobre el círculo central y, sin aparente esfuerzo, le marcó este gol a un Molina que solo tuvo la opción de mirar como le retrataban en una obra de arte.


3 comentarios:

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

Un genio!!!! Yo vi el gol que pones en directo y te deja impresionado. Pudo dar más incluso, pero ya se sabe que los brasileños ....

Suca dijo...

Vaya chicharro. Un futbolista que no entendía muy bien el juego colectivo, pero decisivo individualmente como he visto pocos. Aquel Barça, por cierto, jugaba bastante bien, pero el hecho de que cayera casi siempre pronto en Champions y de que Van Gaal no fuera muy popular hizo que no tuviear el crédito que merecía.

futbollium dijo...

Aquel fichaje supuso un duro golpe para aquel Depor , que se vio sin tiempo a reaccionar a la marcha de su estrella .

Un saludo